Asociaciones alertaron a administración Calderón de la mala gasolina; no hicieron nada

Fuentes consultadas por Al Volante el día de ayer, informaron que las asociaciones del ramo automotriz presentaron a la administración de Felipe Calderón, hace ocho años, un estudio que demostraba que la mala calidad de la gasolina en México afectaba el funcionamiento de los motores de nueva tecnología. El entonces secretario de Economía, Gerardo Ruiz, sencillamente mandó al diablo a los representantes. Parte de la responsabilidad de la ahora alarmante polución atmosférica, pasa por estos dos funcionarios. El plan exigía que salieran de la circulación autos con antigüedad de 15 años.

Chrysler FIAT Sergio Marchionne en Toluca con Calderas

Felipe Calderón y Gerardo Ruiz, responsables (Foto archivo).

Cuando en los años 90 salió un programa piloto Hoy No Circula Voluntario, las siguientes administraciones tanto capitalinas como federales, poco hicieron por trabajar en un plan serio de largo plazo para detener la contaminación del aire provocada por millones de vehículos automotores, aviones, fábricas y, en ese entonces, miles de calderas que funcionaban con combustóleo surtido por Pemex.

Cuando en los años 2000 se presentaron de nuevo los altos niveles de contaminación por ozono, los estudiosos culparon a la industria automotriz y sus famosos catalizadores de dos vías. Fue entonces cuando asociaciones como la Industria Nacional de Autopartes, INA, y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, AMIA, se enfocaron a mandar a hacer un estudio minucioso sobre el tema de las gasolinas, su calidad, así como una serie de propuestas para aportar soluciones al problema.

Entonces se reunieron con el titular de Economía, Gerardo Ruiz, a fin que escuchara la voz de la industria y los planteamientos de los estudiosos. Luego de escucharlos, el secretario les dijo que los resultados del estudio no eran viables de llevarse a cabo. Y habló entonces del proceso de reforma energética que permitiría que las empresas extranjeras pudieran invertir en la comercialización de gasolinas.

Parte del estudio estimaba que si salieran de la circulación los vehículos con antigüedad mayor a los 15 años, la contaminación bajaría, entre otras muchas medidas.

Lo que no habló el secretario, entonces, es de que un puñado de funcionarios, de Pemex y del sector energético, ya vislumbraban el gran negocio de la importación de gasolina. Al grado, que ese grupo de representantes populares aconsejó a Felipe Calderón que no tenía sentido la construcción de la nueva refinería de Tula, Hidalgo. Que traer gasolinas de otros países era más viable que producirla, refinarla, aquí. Calderón dio carpetazo a la refinería, aún con su sonado anuncio que mereció un lugar especial en su mensaje escrito a la Cámara legislativa.

Gerardo Ruiz dijo, en esa reunión con los representantes de la industria, hace ocho años, que en el tema de las gasolinas no se metieran. Prácticamente los mandó al diablo… con todo y estudio.

La presión oficial en contra de ese estudio, no quedó sólo en la indeferencia del secretario. Fue más allá.

Hoy, el análisis del problema de la contaminación ambiental en México, pasa también por la responsabilidad histórica de Felipe Calderón y su flamante secretario Gerardo Ruiz.

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