Reestructurada la GM ¿lanzará el Astra 2010 en México?

Lo descubre Opel de Alemania en un momento de recesión económica en los cuatro principales países de Europa y con la filial de GM a la venta. El nuevo Astra 2010, Chevrolet en México, muestra una gran dinámica. Si la reestructurada GM lo tiene para nuestro país, no lo sabemos.

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La cuarta generación de un automóvil, ahora crossover, que ha sido muy bien aceptado en México, sobre todo la versión europea que no trajo problemas como los ensambles sudamericanos, ha sido dada a conocer mediante un video por Opel Alemania, la división que le ha enseñado a hacer automóviles a la General Motors.

Sin la mercadotecnia barata de ensalsar demasiado a los productos, podemos decir con toda libertad que la concepción del Astra ha sido desde 1991 un gran éxito de Opel. La cuarta generación ha incorporado elementos del Insignia, su hermano mayor, pero sobre todo destacan las motorizaciones que en Europa son una delicia, no aquí en América y concretamente en México donde deciden sólo lanzar productos de nicho con motorizaciones altas para precios altos. Mucho ganar sin tomar en cuenta los consumos de combustible y el bolsillo de los consumidores.

Los seis años del Astra que conocemos, tercera generación que reportó a Opel más de 2.5  millones de unidades (la primera vendió 4.1 millones, la segunda 3.8), han servido de prueba para hacer un vehículo más eficiente sobre todo en la parte del tren motriz. El compacto ha alcanzado la preferencia en los públicos latinoamericanos. En México es de las mejores cartas aceptadas por un consumidor que esperaba algo más que los grandes barcos de GM como el Impala y Malibu.

La nueva plataforma del Astra cuarta generación ofrece un chasis de 2.68 metros de largo, siete centímetros más grande que el anterior para llegar a un largo total de 4.42 metros, 17 centímetros más largo.

Las motorizaciones en Europa irán de 95 a 160 caballos, cuatro de gasolina y cuatro a diesel.

En cualquiera de los salones del automóvil de Detroit un día preguntamos a Gary Cowger, quien fuera presidente de GM en México, ¿por qué no introducen en México más vehículos de Opel y menos de Chevrolet? Instruido a sonreir por todo, el ejecutivo no pudo dejar de mostrar su molestia por la pregunta. Y allí inquirí la respuesta: «Como vamos a promover a una de nuestras divisiones europeas que compite con nuestra mejor división norteamericana que es Chevrolet», me hubiera querido decir. No lo dijo, claro, el código de relaciones públicas que les imponen a estos directivos es muy riguroso para no contestar sino verdades a medias.

Y ha sido esa absurda visión del negocio, de dividir los productos europeos de los norteamericanos, y promover más coches del moñito, aunque sean atrasados y obsoletos, lo que tiene a la puerta de la bancarrota a GM.

Bueno, contestando a la pregunta inicial. Una GM reestructurada haría muy bien en traer a México mejores productos de Opel. Y si de respeto de un código de ética se refiere, pues que respeten el nombre de Opel en los productos y no hagan un camuflage de la marca del rayo con el francamente ridículo moño que usó Roosvelt.

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