Trabajadores de la industria automotriz en Estados Unidos, a través de la UAW, protestarán este lunes en Detroit contra Hyundai Motors por la política de contratación temporal de obreros que lleva a cabo en Corea del Sur, en contra de los intereses del gremio y de los propios lineamientos que la UAW sigue con el conjunto de las empresas de Estados Unidos como GM, Ford y Chrysler. Bob King, líder de los trabajadores, encabezará esta protesta en las instalaciones del Centro de Asistencia Técnica de Hyundai América en Ann Arbor, Michigan.
Bob King, tercero de izquierda a derecha, encabeza la protesta hoy (Foto archivo).
Interesados por lo que sucede con la clase trabajadora fuera de Estados Unidos, los líderes de la United Auto Workers han decidio solidarizarse con sus contrapartes surcoreanas que laboran en Hyundai, por los tratos, en especial los bajos salarios por hora que les pagan.
Robert King viajará esta semana a Corea del Sur para dar una muestra de apoyo a los trabajadores eventuales con los cuales Hyundai trabaja de manera normal sin concederles el estatuto de trabajadores fijos que rige en otras operaciones de la empresa.
King ha revelado estar en contra de esa política anti-huamana que obliga a un alto número de obreros surcoreanos a padecer bajos sueldos por su contratación temporal la que así sigue por tiempo indefinido.
Interesante la posición internacionalista de una central obrera norteamericana que ha tenido que padecer en su propia tierra ajustes salariales para no perder el empleo. En efecto, con la crisis de la industria automotriz en Estados Unidos en 2008 y asentuada en 2009, cuando la producción decendió drásticamente de las 16.2 millones de unidades a sólo 11 millones al año, la UAW tuvo que enfrentar el riesgo de bajarse los sueldos o recibir notificaciones de cierre de plantas. De todos modos lo segundo ocurrió pero el «sacrificio» laboral fue un mecanismo de ajustes de las prestaciones que históricamente la clase obrera estadunidense había conquistado y que ahora tuvo que echar para atrás en aras de salvar las fuentes de empleo mal administradas por las empresas como General Motors y Chrysler, principalmente.
El estatus que siguen los trabajadores ubicados fuera de los estados automotrices como Michigan, en el propio Estados Unidos, es diferente al tradicional impuesto a la UAW y con la complacencia de este. Obreros de Toyota en la planta sureña de San Antonio, Texas, por ejemplo, no mantienen el mismo trato salarial que los de la central obrera, sino que se ajustan a otros mecanismos de salario «más competitivo» dice la fábrica nipona.
El presidente Obama está por la firma de un acuerdo comercial con Surcorea, luego de un vaivén de esperas inútiles porque la parte asiática no acepta todo el paquete que en materia por ejemplo de componentes automotrices dejaría poca competitiva a la parte surcoreana. Y la parte de ensamble también había exigido sus atribuciones, en tiempos cuando Hyundai tiene una fábrica de autos en Estados Unidos y le ha quitado parte del mercado de automóviles a firmas como Chrysler, superando sus ventas.
King va a pedir a los directivos de Hyundai de Corea del Sur que paguen sueldos completos a los trabajadores y no los mantengan como temporales. Se calcula que un 20% de la fuerza laboral en la fábrica en Surcorea funciona así, en el estatus de temporalidad.
En el conjunto de esas ideas, Hyundai estudia su instalación en México donde podría tener las ventajas de los bajos sueldos, como lo hace en Surcorea, y no tener que enfrentar a una UAW internacionalista que ahora pugna por los derechos de los trabajadores fuera de Estados Unidos.