Gasolina $4.01 Dlls en mayo en EEUU: De Ford pickup a un Focus

Por décadas los automovilistas en Estados Unidos prefirieron una Ford pickup que un auto sedán. Les gustaba la troca, se sentían más seguros y veían muchas películas de vaqueros donde todo lo que fuera el consumismo les llenaba. Tener auto en la cochera era un sinónimo de progreso personal. Pero ahora todo eso se ha acabado. Temen que el galón de gasolina supere los $4.11 dólares de 2008 y entonces ya piensan en un compacto como el Focus para su vida diaria. Energía dice que el galón llegará en mayo a $4.01.

El consumidor va de una pickup…

… a un sedán para ahorrar gasolina (Fotos Al Volante y Ford Europa).

El consumidor en Estados Unidos ya no es el mismo desde antes de 2008. Ha pasado el tiempo y el hijo ha perdido el empleo. Pasaron de comprarle su sedán deportivo de Chrysler a un auto surcoreano más barato y con motor de 1.6 litros. Pero las empresas lo siguen haciendo con mucho torque porque es a lo que las empresas automotrices estadunidenses acostumbraron al automovilista medio.

El precio del galón de gasolina que llegó al tope de $4.11 dólares, hizo cambiar la forma de ver al automóvil para un estadunidense común y corriente. En la cochera se dejó de tener la gran pickup que cargaba con la cuatrimoto de la casa. Ahora se han comprado un sedán, un Ford Focus. Vendieron la pickup F150. Tampoco compran la versión Harely que salío este año. Las agencias de autos usados tienen lleno el patio con pickups que tienen que rematar porque ya nadie las quiere. Y si pasa más tiempo terminarán por rematarlas en la frontera a los habitantes de este lado.

El Departamento de Energía ha vuelto a poner los cabellos de punta a los consumidores. Prevé que el galón llegará de $3.90 que estaba el 17 de abril pasado, a $4.01 en mayo. Y eso es la preocupante al grado de alarmante para un automovilista de clase media. Ponerle un tanque se gasolina al auto con más de $40 dólares es exagerado. Y sin es una camioneta de ocho cilindros, sencillamente escandaloso. Eso no será más.

Un ejecutivo de nivel medio vendió su Chevrolet Malibú para comprarse un Toyota Corolla que le gasta la mitad cada semana. Atrás dejó su nacionalismo por los potentes autos estadunidenses. «Mi bolsillo no opina igual que Mr. Akerson, presidente de GM, que nos invita a comprar autos americanos (sic)», dice David Jonhson, automovilista de la abandonada ciudad de Detroit.

Una desempleada de Colorado que trabajaba en una compañía de construcción de casas prefabricadas ha cambiado su Nissan 350 ZX, lo ha vendido y ahora se traslada en un Versa usado que le vendió su cuñada que labora en la agencia Nissan de su localidad y que fue la misma que le animó a adquirir el auto deportivo. «No cambiaré hasta que en este país vuelva el trabajo».

(Con información de Automotive News).

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