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Ahora sí. Lo dijimos en 2015 y luego en 2017 y FIAT Chrysler Automobiles, FCA, ha oficializado el fin de la producción de su modelo más pequeño, el FIAT 500, en la planta de Toluca, Estado de México. Pero además se dejará de vender este modelo en los Estados Unidos, no así el 500L que continuará en dicho mercado.
Primera producción del FIAT 500 en la planta de Toluca en febrero de 2010 (Foto de Al Volante).
En 2015 Sergio Marchionne, entonces presidente de FIAT Chrysler, señaló que la producción del 500 se concentraría en su planta de Polonia, por lo que se dejaría de fabricar en la planta mexicana de Toluca. Al Volante dio cuenta entonces de tal suceso. Sin embargo, no fue así porque instancias mexicanas hablaron con FCA para advertirle del compromiso existente con el gobierno de continuar su producción local, toda vez que el gobierno mexicano apoyó económicamente el proyecto en febrero de 2010. Fue entonces que se detuvo dicho retiro de la producción.
El gobierno de Calderón prestó 400 millones de dólares para traer la producción del 500 a México.
Luego, en 2017, se dio un segundo aviso de retirar la producción del FIAT 500 para cumplir los compromisos de la planta de Toluca con FIAT Chrysler en Estados Unidos, para el ensamble del Jeep subcompacto Compass. Originalmente el plan de producción era de 300 mil camionetas y luego se bajó a 200 mil. Lo mismo: Estorbaba el ensamble del FIAT 500 para los otros propósitos y compromisos con la marca en el vecino país. Lo que se decidió hace dos años fue disminuir la producción del 500 porque tampoco en Estados Unidos había una gran demanda del mismo.
Es hasta este 2019 en que se ha oficializado en Estados Unidos que se deja de vender el modelo 500 no así el 500L y 500X. Por lo tanto, se deja de manufacturar en Toluca.
En Estados Unidos el modelo nunca tuvo éxito.
De hecho, y revisando las cifras de producción de INEGI, este modelo ya prácticamente se venía dejando de producir en Toluca. Ha sido este mes de septiembre para oficializar su salida del mercado estadounidense y el cese en México, dejando perdida la inversión del gobierno mexicano por 400 millones de dólares y la promesa de ensamblar 130,000 unidades, lo que no se cumplió.
