De mala gana Bush suelta $17,400 mdd a la industria en EU

Al cuarto para las 12, cuando Chrysler tuvo que presionar con el cierre de 30 plantas, mas 20 de GM y 10 de Ford para hacer 60 en paro en EU, Canadá y México, George Bush, de mala gana, suelta a partir del 28 de este mes $17,400 millones de dólares para el plan de rescate automotriz de las armadoras de esa nación. Pero hay que saber que ni estos fondos paliarán una recesión económica que se llevará entre los pies a todos los sectores productivos en el mundo.

El anuncio hecho hoy en el salón Roosvelt por el presidente Bush en la Casa Blanca en Washington, es en el sentido de facilitar a la industria automotriz, sobre todo a General Motors y Chrysler LLC, un fondo que actuará como préstamo de $17,400 millones de dólares a fin que se evite, dice el mandatario, «el colapso» en este sector que es estratégico para la economía norteamericana.

El primer ministro de Canadá, Stephen Harper, dijo que él espera poder inyectar una ayuda sustancial a la industria automotriz en ese país. Básicamente operan allí las tres grandes norteamericanas, por lo que el sábado estaría en condiciones de decir de cuánto es el monto del apoyo al sector de automóviles del cual Canadá depende enormemente, al igual que México (aunque el país más al Norte del continente no tiene petróleo).

Fuentes extraoficiales a la Casa Blanca indicaron que Bush no quiere esperar a que el nuevo presidente demócrata Barack Obama sea el que se «adorne» con el anuncio del rescate. Y, aunque Bush no deseaba apoyar a la industria, políticamente era lo indicado para llevarse «algo de gloria» luego de los zapatazos mundiales que le han llovido por su pésima fama de ejecutivo federal bélico.

Esta tabla de salvación no es sólo para las tres norteamericanas del automóvil, sino para más de mil proveedores del sector de componentes, en quienes descansa realmente el sostén de empleo mayoritario en ese país (algo similar sucede en México). Pero este sector es escéptico de la medida pues es considerada un mero «mejoral» para tratar de dar un aliento de optimismo a la totalmente caída economía norteamericana, cuyos millones de consumidores han perdido la idea del estilo de vida norteamericano, de bonanza, de crecimiento, de poder adquisitivo. Aún con la ayuda, la demanda de automóviles no vendrá. Y la industria no puede producir más automóviles si estos no se venden.

General Motors ha anunciado el cierre de 20 plantas en Canadá, Mëxico y Estados Unidos. Chrysler lo acaba de hacer con 30 fábricas más, dos en Mëxico; Ford ha hecho lo mismo con 10. Un total de 60 plantas, lo que hace un descanso obligatorio de un mes para más de 150,000 personas. Un verdadero estallido social de no controlarse adecuadamente por los politicos (hay que voltear a Atenas ahora mismo).

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