Sube gasolina a $8.84; ¿es hora de cambiar de auto?

Georgina Zavala toma su Nissan X-Trail que se acaba de comprar. Ha salido como todos los días de su casa para llevar a sus dos hijos a la escuela, allá por los rumbos de Naucalpan. Sólo exclama al enterarse del aumento al precio de la gasolina esta semana: «¡No puede ser! ¿Qué voy a hacer ahora? Tendré que cambiar mi camioneta por un Vocho».

Sube la gasolina: ¿A quemar las naves?

Cuando la gasolina costaba $1.50 a nadie le preocupaba si su auto era de ocho cilindros o de cuatro. Hoy, la realidad impone un nuevo criterio… y una nueva conducta al volante. Georgina hace sus cuentas y ve que tiene que desembolsar $600 pesos a la semana o $2,400 al mes. «No me salen las cuentas. Me compré esta camioneta porque es amplia y muy cómoda. Pero no puedo gastar tanto en gasolina. Tendré que acudir al transporte urbano para el regreso de cada día y usar menos el vehículo».

En Estados Unidos les pasaba lo mismo hasta atravesar las dos grandes crisis del petróleo, la de 1973 que obligó a las fábricas de automóviles a producir vehículos de cuatro cilindros. El Mustang, el LeBaron y otros, tuvieron que reducirse en tamaño y en motor.

La segunda crisis de los años 90 fue otra obligación para que el Estado norteamericano exigiera de las fábricas la producción más eficiente en el consumo de combustible y así salieron a la palestra en la década del 2000 los modelos híbridos y algunos eléctricos al final de la década.

2010 será la gran década de los cambios en materia tecnológica de la industria automovilística de las principales potencias europeas, asiáticas y de Estados Unidos.

Hoy, el consumidor mexicano que padece la peor crisis económica del sexenio, con un gran desempleo y un aumento exponencial del subempleo –jefes de familia que tienen hasta tres pequeños empleos para sacar las cuentas del día–, comienza a fijarse en lo que compra. Por más que la mercadotecnia voraz le invade en la televisión con enormes cantidades de anuncios que violan día a día la Ley de Radio y TV, con una radio que tiene hasta 10 anuncios por corte, una prensa con anuncios en cada página, el consumidor ha aprehendido a defenderse de esa guerra de ideas para que gaste.

Y el automotriz no podía ser el sector que escapara a esta auto-defensa del consumidor. Hoy la gente sabae que si no necesita un auto nuevo no tiene por qué comprarlo, por más bonos y cheques que le entreguen a cambio.

Y la gasolina es otro factor que le motiva inhibirse para no adquirir un nuevo vehículo.

Ahora hay posibles compradores que preguntan cuántos cilindros tiene el vehículo, cuánto consume. Y es allí donde El Poder del Consumidor, organismo no gubernamental que defiende los intereses de los compradores, exige que las fábricas de autos le pongan una calcomania al auto con el promedio de combustible y el número de kilómetros que este avanza con un tanque. No les han hecho mucho caso los fabricantes.

La gasolina Magna Sin tiene ahora un precio de $8.84 el litro. Un tanque de 50 litros ahora se llena con $442 pesos. Una semana promedio de uso. Y si el auto es de seis u ocho cilindros, quizá requiera un tanque y medio o dos. Saque sus cuentas.

La Premium que usan los autos nuevos de alta tecnología como Audi, BMW, Volvo, etc., cuesta ahora $9.94, cerca ya de los 10 pesos. Un tanque de un BMW llena ahora con $500 pesos.

Georgina Zavala piensa seriamente en vender su X.Trail y comprar un pequeño vehículo de cuatro cilindros. «El que ahorre más gasolina, ya no me importa el tamaño ni el estatus. Con que no me deje por ahí, todo estaría bien», dice.

A propósito, El Poder del Consumidor difundió esta semana el siguiente comunicado que exponemos de manera íntegra, por ser de interés general para los lectores:

«Al ocurrir la octava alza del año en el precio de las gasolinas, la asociación civil El Poder del Consumidor denunció a las compañías automotrices por centrar su estrategia de mercadotecnia en modelos de bajo rendimiento y promover la venta de estos vehículos sin informar a los compradores cómo les impactarán las alzas al precio de las gasolinas.

«Destacó que, al concluir 2010, quienes han adquirido un vehículo de bajo rendimiento terminarán pagando hasta $25 mil pesos adicionales por el consumo anual de gasolina respecto a un automóvil de alto rendimiento. A ese monto deberán añadir de $2 mil a $3,500 pesos, que será el monto adicional por las alzas al precio de las gasolinas sobre el gasto que realizarán los propietarios de un vehículo eficiente.

«En particular, la asociación señaló a Chrysler y Ford, cuyas ventas en México dependen de las camionetas (minivan, SUV, pick up). En su gran mayoría, estos vehículos ofrecen un rendimiento inferior a 12 kilómetros por litro de gasolina.

«Con base en estadísticas de la AMDA (Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles), El Poder del Consumidor destacó que durante los últimos 12 años la mitad de las ventas de Chrysler (48.3%) correspondió a las camionetas. Sin embargo, desde 2006 este tipo de vehículo representa la mayor parte del total anual de esta empresa, que para 2008 ya vendía dos camionetas por cada auto ligero.

«En el caso de Ford, las camionetas han representado el 59% del total de sus ventas en los últimos 12 años. Pero a partir de 2006 esta empresa comenzó a vender 2 camionetas por cada auto ligero y en 2008 la relación fue de 3 a 1.

“Esta práctica comercial les resultaría insostenible en los principales mercados como EUA, Europa y Japón, pues en tal caso estas compañías tendrían que pagar las elevadas sanciones que establecen las normas de eficiencia automotriz que operan en esos mercados. De hecho esas normas exigen que las empresas automotrices eleven progresivamente el rendimiento promedio de sus flotas vehiculares, en beneficio de los compradores, de la economía y del ambiente”, señaló Gerardo Moncada, coordinador de Transporte Eficiente en El Poder del Consumidor.

«La inexistencia de este tipo de norma en México explica el envío masivo de vehículos de bajo rendimiento a nuestro país, como lo está haciendo Ford con un crédito del Export-Import Bank de Estados Unidos para trasladar a México 200 mil unidades de 4 modelos de camionetas que rinden menos de 8 km/l y de dos modelos de autos con rendimiento menor a 12 km/l.

«De hecho, en México sólo unos cuantos modelos de camionetas 2010 alcanzan un rendimiento de 10 km/l mientras un amplio rango no llega a 8 km/l, como son: Ford Explorer, Expedition, EcoSport, Lobo; Chrysler Town and Country; Dodge Journey, RAM; Chevrolet Silverado, Tahoe; General Motors Yukon; Jeep Wrangler, Grand Cherokee; Land Rover LR2, Range Rover; Hummer; Toyota Highlander, Sequoia, Land Cruiser; VW Touareg, Routan; Nissan Pathfinder, Armada; Mazda CX-9Wagon; Volvo XC90; Audi Q7; Acura MDX; Mercedes GLK, R350, G55, ML63; BMW X3; Lincoln Navigator; Cadillac Escalade, Porsche Cayenne, entre otros.

“El problema no es que existan estos modelos de bajo rendimiento sino el volumen de ventas que han adquirido. Esto no ayuda a las finanzas de los consumidores que descubren demasiado tarde cuánto deberán gastar en gasolina. Tampoco ayuda a la economía nacional que debió incrementar en 400% las importaciones de gasolina en los últimos cinco años. Tampoco beneficia al ambiente ni a la movilidad en las ciudades cada vez más congestionadas, pues el promedio de ocupación es de 1.5 personas por vehículo”, advirtió Moncada.

«Y recordó que en 2001 la venta de camionetas en México ya representaba el 27% del total de vehículos comercializados, porcentaje que en los siguientes ocho años subió al 42%. En ese periodo, el rendimiento promedio de los vehículos nuevos vendidos en nuestro país bajó de 12 km/l a 11 km/l.

«La AMDA ha estimado que en 2010 la venta de las camionetas seguirá en ascenso y superará al segmento de autos compactos (Reporte Mercado Interno Automotor, dic 2009).

«Esta situación demuestra la necesidad urgente de crear una norma de eficiencia automotriz en México, que ofrezca a los compradores mejores garantías respecto al rendimiento de los vehículos que las empresas automotrices están comercializando en México, demandó El Poder del Consumidor».

Hasta aquí el comunicado de El Poder del Consumidor que por cierto ha encontrado pocos espacios en los medios especializados porque los editores no ven con buenos ojos la labor de EPC.

Abramos el debate.

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