Nissan 370Z al volante: Un tosco para un cortés

Nissan Mexicana pone en nuestras manos un modelo 370Z Coupé. Primer día de acercamiento con un tosco del asfalto para alguien a quien le gusta respetar el paso tanto del peatón como de quienes nos piden el cambio de carril. ¿De qué se trata? De un gran «animal» deportivo en nuestras manos. Vamos a ver si sobrevivimos a la adrenalina que nos inyecta este aerodinámico automóvil que se vende en México en $639,000.

Nissan 370Z Coupé con motor de 3.7 L V6 de 332 HP (Foto alvolante.info).

Primer día, acercamiento

Estamos ante el top de Nissan en cuanto a modelos deportivos se refiere, claro sin contar al otro «animalote», el GTR. Pero dentro de sus modelos de venta en México, el 370Z hace cumplir honorablemente los primeros 40 años de la legendaria leyenda Z en el mundo.

Equipado con el motor VQ para altas revoluciones, cuenta con válvulas variables de apertura por evento, lo que quiere decir que el vehículo está listo para reaccionar de inmediato al presionar el acelerador entregando un torque de 270 libras pie.

Al volante estamos sumidos en un asiento duro, con piel en ambas plazas. Tenemos un tablero con todo lo necesario a la vista. Esta ergonomía está diseñada para tener los ojos permanentemente al frente y casi adivinar la localización de cada palanca, cada botón.

Un aumento en el velocímetro y en el tacómetro facilita la lectura cuando hacemos los cambios sincronizados. Cuando nos llamaron de Nissan para preguntarnos qué transmisión preferíamos, no dudamos en perdir el Synchronic de 6 velocidades T/M. Esta unidad está equipada con un sincronizador que, salvo la primera velocidad para la segunda, da los cambios de manera suaves y no tan toscos como se esperaría de un deportivo casi de carreras.

(Cuando tuvimos la oportunidad de probar un NASCAR supimos lo que era dominar al «animal». Por eso, ese trato rudo en el asfalto es ya una costumbre de un deportivo. No espere nada de comodiad. Más bien se trata de ponerse al volante y hacer subir la adrenalina que usted lleva adentro).

Esta versión Touring T/M deja atrás al cómodo T/A de siete velocidades con cambios al volante en forma de paletas cerca de la mano derecha. Acá no, se trata de manejar ¿no? Y la transmisión que empuja a las llantas traseras nos hace sentir que estamos frente a un verdadero deportivo.

Usted, al volante, lleva las ruedas casi en el trasero de su cuerpo. Así se tiene el dominio del auto, se siente lo que hacen las llantas de atrás.

Salimos despacio a la avenida. Se trata de conocer a tu amigo o a tu enemigo, dependiendo lo que quieras hacer con el coche. Cambios suaves pero sentimos el ruido del embrague a la hora de los cambios de primera a segunda, los demás son más suaves. Al ritmo del camino nos damos cuenta que debemos revolucionar más el coche y hacer el cambio a la segunda que ya deja de hacer el ruido de un cambio que aparentamos suave por las bajas revoluciones.

Una rápida respuesta a la mínima presión del acelerador (Foto alvolante.info).

Un poco de Periférico hacia el sur que nos da oportunidad por la hora de apretar un poquito al acelerador. La respuesta es inmediata. Tiene el suficiente torque de los 332 HP para moverte rápidamente. El curveo es firme aunque estamos hablando de una suspensión rígida porque mantener las ruedas en el piso es la clave de evitar trompos y sorpresas desagradables.

Por tanto, no espere un vehículo placentero desde el punto de vista de la comodidad. Más bien los asientos envolventes a sus hombros, le permiten estar «aprisionado» en él para mantenerse firme en el camino, aunque curveé a 180 Km/h como lo hicimos en nuestra primera salida a la México-Toluca.

Retorno por La Venta hacia Naucalpan y el coche sube desde el Club de Golf a buenas revoluciones. El motor respira muy bien. Las válvulas hacen su trabajo para no hacerle agotarse a la máquina rápidamente. Al contrario, ya calientito el torque sigue respondiendo hasta en cuarta velocidad y se subida. El aire no hace perder potencia en demasía. Pero el ruido hacia el interior es inevitable.

Segundo día, conociendo el producto

Traemos un coche que no es muy grande ni muy ancho. Ya un poco más en confianza sabemos dónde cabemos y dónde no. Se vuelve más divertido porque ya lo tenemos «medido». No es nervioso si estamos seguros de lo que estamos haciendo con él. Pero todavía no lo desbocamos en el mejor de los sentidos. Todavía andamos en ciudad. Es admirable la línea. Suficiente aerodinámica para pasear con el viento y para que lo vea la gente. Es curiosa la actitud de los demás automovilistas: Unos se enojan, aprietan el acelerador, nos rebasan por la derecha y se ponen frente a nosotros como diciendo: «A mí me haces los mandados». ¡Qué coche tan provocador! (Tuvimos un Renault Clio Sport y ya lo era, pero este se pasa).

Lo ven nuestros amigos de la industria. Lo admiran. «Yo probé uno en Querétaro», dice uno de ellos. «Es un carrazo». En la escuela de los chicos uno de ellos espeta: «Atropélleme para decir que fue un Z». Bromas, risas, pero admiraciones al producto.

¿Quién le hace el feo a un coche de $639,000 pesos? Sí, sabemos que los hay. Aquellos que dicen que un BMW o un Mercedes es mucho más coche por lo que se paga por él.

El diámetro de giro del volante no es su fuerte. No espere dar la vuelta en un pequeño espacio. Sin embargo, y a diferencia de sus rivales norteamericanos del nivel, es ágil y se puede mover rápidamente. Los rines de 18 pulgadas ayudan a eso y a más. Visten muy bien. Cinco brazos, cromados, se llevan bien con el resto del conjunto.

La visibilidad del auto no es su fuerte tampoco. Hay puntos ciegos cuando usted voltea hacia atrás y quiere ver por la ventanilla trasera que casi es inexistente. Hay que ser muy cuidadoso en la hora de la estacionada de reversa.

Su sonido Boose con seis bocinas y dos subwoofers se oye bien. Tiene usted seis memorias para la FM y AM, CD, MP3 y otras linduras, hasta para meter su Ipod con su música, o bien seis discos compactos. Ajuste de graves y agudos. Buena música a bordo si se desea.

En el volante usted controla el volúmen del audio y el cambio de estaciones ya programadas. El botón de la derecha es para controlar la velocidad del vehículo (control de crucero). Seis velocidades en la caja, cambios suaves y sincronizados.

Para encender el motor del vehículo usted tiene un control carente de una llave en sí. Basta que usted cargue ese conjunto de alarma, abridor de puertas y ventanas, para que apretando un botón localizado en su mano derecha a la alturar del volante, lo apriete una vez presionando el clutch y el coche arrancará. Para apagarlo, usted vuelve a apretar el botón y el motor deja de funcionar.

El asiento del conductor usted tiene el control de las posiciones del asiento. El primer botón es para avanzarlo hacia adelante o recorrerlo hacia atrás. El segundo le da altura o lo baja aún más. El volante también tiene posiciones.

¿Y cómo le hacemos si somos tres y sólo caben dos? Pues que el chavo se vaya en el pequeño hueco que queda entre los dos asientos y la barra de la parte posterior que no tiene una banca para pasajeros atrás. El agente de tránsito no verá al niño, sino al coche. Todos ríen a bordo.

El parabrisas delantero no es muy grande. La visibilidad es la suficiente para ver al frente. El gran medallón trasero tiene una inclinación que apenas le permite una ligera ventana al verlo por el retrovisor que también tiene control para sol o vista nocturna.

Seguiremos al volante del Nissan 370Z.

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