Foro del VW Beetle turbo 2012: 200 caballos de placer

Hacer sentir 200 HP con el uso de un doble sistema de embrague que permite no perder potencia. Darle al automóvil elementos extras que permitan a su poseedor sentir un placer distinto a unidades de mayor precio. Son cualidades que se ponen de manifiesto cuando estamos al volante del Volkswagen Beetle turbocargado cuyo precio se establece en $340,876 pesos. Hay que manejarlo.

Un frente muy largo pero aguerrido para sus seguidores (Fotos Al Volante).

Tenemos que partir de una percepción conceptual. ¿Qué idea tenemos del Beetle históricamente? ¿Seguimos relacionándolo con un Vocho sedán? ¿O más bien pensamos en el modelo anterior como fue el primer Beetle moderno? Creo que esta idea prevalece más aunque sin olvidar la historia y la línea. Y para eso el espejo retrovisor y la tapa de la cajuelita o guantera interna nos recuerdan que es un nuevo Beetle. Ese que dicen los señores de VW México que es «masculino» y ya no con el florerito en el tablero que le dio una imagen «femenina». Sexismos ridículos y baratos para unas y para otros.

Este Beetle es más largo que el que manejamos por primera vez en Atlanta, Georgia, lanzamiento mundial hace ya… puff, muchos años atrás, a finales de los 90 o principios del nuevo siglo. Aquel lo primero que nos enseñó es que había que cuidar esa cola porque se te iba a ir a algún lado.

El alerón es más que estético…

Le han puesto un alerón que, más que estética, debe reforzar la fuerza de arriba hacia abajo del viento para mantener el trasero en su lugar. Los señores de VW piensan que con llantas gordas, extremada y sobradamente gordas, lo iban a lograr. De alguna manera lo consiguen. El auto es más corregible en su dirección. Antes se iba, ni hablar.

Lo verdaderamente sorprendente viene cuando se enciende el auto. Acuérdese el lector que traemos una bestia de cuatro cilindros, 200 HP con motor de 2.0 litros TSI, inyección directa de combustible pero con un turbocargador.

A ver, lector, siéntese al frente del VW Beetle y dígame qué siente.

Vamos a caminar despacio porque no sabemos lo que hay abajo del cofre. La primera referencia es el efecto «turbolag», nos explica nuestro buen amigo el Ing. Gabriel Covelli, colaborador de Al Volante, quien nos refiere lo que no nos vamos a fusilar como conocimiento ajeno, sino con la humildad de aprender cada día más de él y de los foristas de este espacio: «El efecto turbolag es el retardo de algunos segundos que tiene la unidad para soltar todos los caballos. Es ese instante que te puede dejar atrás en una carrera en un momento determinado». Covelli al final le daría calificación de 7 al Beetle turbo por este síntoma del turbolag que en otras marcas como BMW, Mercedes y aún el Peugeot 308 no causa.

Transmisión automática de seis velocidades y DSG.

A un servidor le causa emoción en zoom del motor a la hora de acelerarlo. Pero, efectivamente, tarda unos segundos en jalar de a deveras. Luego de unos segundos y llevarlo a más de 2,000 rpm, vemos la respuesta y entonces entra otro efecto, nos dice Covelli: «Este efecto se llama «torque-steer», o sea que la fuerza que el turbocargador avienta, te lo traslada al volante y tienes que mantenerlo con las manos firmes», añade Covelli. Esto también lo ve él con cierto riesgo.

En efecto, si un comprador novato del Beetle turbo no tiene la capacitación adecuada para controlarlo, lo puede perder, porque el vehículo suelta 200 HP con un gran torque, una gran respuesta y la necesidad de mantenerlo sobre el asfalto sin el riesgo de perderlo.

Este Beetle es otro Volkswagen que no tiene nada que ver con aquellas máquinas como las del Jetta Clásico o los SEAT de inicio. Esta, nos dice Covelli, es una nueva cabeza de aluminio muy bien trabajada con 16 válvulas para que el motor «respire» mejor.

La cajuela no es tan grande. Después de todo es un deportivo.

Ya encarrerados esta unidad presta todo el turbo que se necesita para que los 200 HP nos llenen de placer. Usted coloca la dirección en el punto de la curva límite y el coche no hace aspa-vientos para responder donde usted lo pone. Buen sistema de agarre. Para mi gusto el frente muy alargado hacia adelante. Miente quien dice que es fácil de estacionar. Lo quiero ver en Polanco metiendo el coche en un pequeño espacio casi frente al restaurante donde citamos a Gabriel. Tuvimos que acudir al cuidador de autos para no dañar la fascia delantera. Y de la parte de atrás y las bombochas laterales, ya ni le platico. Pero así es la línea del auto y de eso de trata el placer de sus seguidores. Olviden mi comentario.

Instrumentos de control grandes, sobre todo el medidor de gasolina, a la derecha.

¿Qué tanto traemos a bordo? Léale el lector y haga cuentas para ver si vale la pena pagar $340,876 pesos:

  • Rines de aluminio 17″ (Spin) en acabado pulido / Llantas 215/55 R17
  • Sistemas ABS/EDL/ASR/ESC/HHC
  • Airbag conductor y pasajero
  • Bolsas laterales de cabeza y tórax
  • Bluetooth en consola central de toldo
  • Entrada Aux-In en consola central
  • Luces ambientales en arillo de bocinas y en antepecho de puertas, selectiva en tres tonos (roja / blanca / azul)
  • MDI (control del iPod® desde el radio)
  • Radio AM/FM con cargador de 6 CDS, MP3, pantalla touch screen de 6.5″ con 8 bocinas
  • Techo corredizo panorámico con accionamiento eléctrico con ajuste de altura y apertura
  • Asientos delanteros sport
  • Asientos parcialmente en piel
  • Volante multifuncional forrado en cuero y cubiertas posición 3 y 9 en color piano black
  • Calaveras traseras obscurecidas
  • Doble salida de escape deportiva cromada
  • Alerón trasero (parte superior en color piano black y parte inferior al color de la carrocería)
  • Descansabrazos central delantero con jumbo box
  • Insertos en color piano black (Volante y antepecho de puertas)
  • Molduras de tablero en acabado fibra de carbono con guantera retro Beetle
  • Carcasas de espejos exteriores en color piano black
  • Difusor trasero al color de la carrocería
  • Doble salida de escape deportiva cromada
  • Emblema Turbo en tapa trasera
  • Moldura de parrilla inferior en cromo
  • Moldura inferior de cristales en cromo
  • Molduras fat size en color piano black con insertos en acabado cromo
  • Reflejantes en color rojo en defensa trasera

Comparativa New Beetle y Beetle turbo 2012: El gran cristal trasero fue modificado.

Las salpicaderas traseras se hicieron menos anchas, las luces traseras fueron rediseñadas.

Se eliminó esa apertura inferior en fascia trasera y el alerón también es diferente.

El frenado es uniforme aún en curva, gracias a la aplicación de los frenos ABS. La cola del vehículo no se pierde, a pesar de concentrar el peso en la parte delantera, más ahora con el peso de los sistemas DGS y el turbo (kilos son kilos). El auto se amarra en los momentos decisivos del frenado. No hay agotamiento a menos que se vengan aplicando los frenos cada momento, en tiempo de carreras. Para carretera normal, los discos ventilados adelante y los discos sólidos atrás cumplen bien.

Discos que frenan y rines… bueno.

El manejo en ciudad es divertido. Usted necesita aprovechar los «huecos» que se hacen a veces y que nos permiten rebases rápidos y con cierta agilidad en el volante. O bien, cerrar los vidrios y escuchar ese sonido que trae el coche y que logra una ambientación interior adecuada, sin exageraciones. El quemacocos también ayuda a liberar nerviosismo citadino. El navegador ayuda enormemente para acortar distancias o simplemente para hacer cultura vial como conocer de calles que antes no conocías ni los nombres (por ejemplo cuántas calles Miguel Hidalgo hay en toda la ciudad).

Quemacocos eléctrico de buena apertura, más grande.

Una crítica a los ingenieros de VW sugerida por Gabriel Covelli: «Un auto deportivo no necesita traer llantas tan anchas. Es mucho hule arrastrándose. Me explico: El hule en el piso es necesario como mantener las llantas en el piso para no perder el auto, esto se entiende bien. Pero demasiado hule en cada llanta genera una fricción con el pavimento y esto son kilómetros por hora menos, o menos desempeño del vehículo para ser un deportivo. Por tanto, señores, no es necesario gastar tanto en hule y en esas llantas que sólo mejoran estética, pero no práctica».

Controles para aire acondicionado de fácil manejo.

La parte trasera ya no es tan incómoda pero salir.. salir cuesta trabajo.

El navegador es de gran utilidad y genera cultura vial.

La agilidad se alcanza por la inyección de combustible, sistema moderno hasta para ahorrar gasolina, si se quiere, hasta en un deportivo (en Europa ponen especial énfasis en este aspecto, más ahora con fríos intensos, combustibles caros y cultura de la ecología más exigente). Es un auto muy rápido pero, como dijimos al principio, el motor turbo da dos condiciones como el «turbolag» y el «torque-steer». El auto es silencioso pero en el modo «manual» usando las «paletas» al volante, pues tienes la oportunidad de hacer cosas divertidas gracias al doble embrague DSG.

Al volante controlas audio, sintonía, teléfono sin manos y computadora de viaje.

Covelli y yo ya no platicamos del sistema que amarra las ruedas en subidas y lo suelta luego de algunos segundos. ¿Hay alguien que compre un Beetle turbo de $341 mil y que no lo pueda controlar en subidas? Perdónenme la vida. Yo no. Y ese sistema se vuelve retardatario a la hora del acelerón. Y, como dice Covelli, «demasiados controles en el vehículo ¿dónde dejan el manejo del que compra un auto deportivo para gozarlo haciendo lo que el conductor desea y no lo que el auto nos deja hacer?». Coincido.

Así luce en la calle.

En conclusión, a este Beetle turbo le notamos el verdadero ADN de sus modelos hermanos como el Audi S3 y el Golf GTI. La calificación de Covelli es 7 (por los efectos turbolag y torque-steer, en tanto la mía es de 9 al encontrar un vehículo muy bien balanceado, no hecho para corredores de autos pero sí para quienes esperan emoción a toda prueba.

Lo único que nos recordó al VW Sedán de los años 50.

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