Medios manipuladores

Televisa y Televisión Azteca dan vergüenza. No cumplen en sus barras informativas con el derecho a la información. Sus conductores, simples lectores de noticias, no cumplen con dar la nota. Editorializan la información, meten sus opiniones entre los hechos que narran. ¿Dónde aprendieron periodismo? Por eso se convierten en simples locutores, porque para el análisis ni siquiera son buenos. Hablo claro del inefable López-Doriga, personaje siniestro del periodismo mexicano más corrupto en los sexenios de López Portillo y Miguel De la Madrid. Mientras el gris y mediocre Javier Alatorre no aprende a hablar, sólo recibe la consigna de su jefe Ricardo Salinas Pliego para repetir como merolico lo que su presidente le ordena. No hay masa gris trabajando en esa cabeza.

Desde hace muchos años el peridismo televisivo mexicano está podrido. Desde la tenebrosa relación de Emilio Azcárraga Vidaurreta con los presidentes Miguel Alemán, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel De la Madrid, Carlos Salinas, utilizando a su alfil más astuto Jacobo Zabludovsky, editorialista de Televicentro para repetir las loas al sistema autoritario y corrupto mexicano. Hasta el nuevo niño Azcárraga Jean, quien no sabe de política pero se asesora a fin de estar bien con el sistema «nuevo» desde Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón. Ahora usando al «sabueso» Joaquín López-Doriga, de negro pasado en un periodismo barato, boletinero, chayotero.

Las dos más «importantes» televisoras en manos de verdaderos gansters de la noticia, desde los jefes hasta los achichincles.

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