Llegamos en agosto a 36,439 lectores

alvolante.info alcanzó en agosto los 36,439 lectores en un mes. Compartimos esta cifra porque creemos importante que los medios en México debieran liberar esta información para que sus receptores conozcan sus reales alcances, sin cifras maquilladas por la mercadotecnia y en un acto de transparencia que genere también una cultura de honestidad profesional entre los comunicadores.

César Roy en el Concurso Abr 08

alvolante.info nació el 21 de mayo de 2007, y entonces nunca imaginamos que un sitio de internet estaría abajo del ranking mundial de publicaciones sobre autos menor al lugar un millón. Hoy estamos en el sitio 620,133. ¿Está mal, está bien? No lo vemos tan mal. Desde hace tres meses tenemos un récord superior a los 30,000 lectores mensuales (hay páginas que llevan ocho años de vida y no pasan de los 18,000 mensuales). Y nosotros a veces sólo subimos un par de notas o comentarios al día.

Pero hay que decir que ya habíamos superado las 40,000 visitas en julio, así que hay que seguir trabajando. Cuando trabajé en un periódico de la industria se tenían 20,000 lectores al mes. Con la página hemos conseguido más… y sólo escrita por una persona, su servidor. Claro, agradezco el apoyo de mis amigos Steve Downer y Alejandro Díaz en este trabajo.

Pero donde hemos dado en el clavo es en el servicio al forista. Atendemos a sus llamadas, no censuramos –salvo las malas palabras– a quienes opinan en cualquier sentido sobre un tema. Alentamos la participación verdaderamente democrática de los lectores. Y resolvemos sus dudas sin menospreciarlos ni burlarnos de ellos como hace al payasito de la radio. Pero sobre todo, somos tolerantes, como en muchas partes se ha olvidado del fin del periodismo que es informar verídicamente al receptor.

Compartir estas cifras con los foristas y sólo lectores de alvolante.info (aunque a veces no opinen por falta de tiempo) es poner de manifiesto nuestro interés de hablar claro y alto de nuestros alcances reales. Pero también es el cumplimiento de nuestros objetivos de trabajar por un periodismo que sirva a la sociedad, que no manipule, que oriente, que sea capaz de dar razonamientos, puntos de vista de seres críticos hacia el actual statu-quo en que han caído los medios de comunicación en general en México.

Quienes estudiamos una carrera de periodismo lo hicimos para servir a una sociedad, a un colectivo de personas que merecen nuestro mayor respeto. De alguna manera, como es el caso de este escriba, lo hicimos para cambiar el estado de cosas que imperaban –en mi caso– en los años 70 en México: Autoritarismo desbordante, demagogia oficial, alta, muy alta, corrupción desde los altos mandos como el Presidente Echeverría hasta los jefes delegacionales y comandantes de la policía. Todos se despachaban con la cuchara grande.

Vimos en la carrera de periodismo una forma de cambiar al país. Desde nuestra trinchera profesional. Y en eso, lo volvemos a decir, no hemos claudicado. Seguimos hoy combatiendo esos vicios que no sólo siguen presentes en la vida pública mexicana, sino que en muchos casos se han acrecentado. La corrupción se vistió de azul ahora.

Por tanto, aquí estamos y aqui seguiremos. No bajaremos la guardia de defender los intereses del pueblo mexicano que ha padecido siglos de esclavitud y neoesclavitud.

Esta neoesclavitud está disfrazada con el tapiz de una «libertad para ir al trabajo» (pero no hay trabajo), «una libertad para ir al autoservicio y escoger los productos que tú quieras en un libre mercado» (pero no hay dinero para ello y esos precios están manipulados al antojo de los dueños de las empresas y los buitres intermediarios de esas cadenas Wal-Mart o como se llamen), «libertad para adquirir el auto que tú quieras» (con campañas publicitarias engañosas, ausencia de crédito bancario de un grupo privilegiado por el Estado, arropado, protegido, vampiros del consumidor).

36,439 lectores que por algo buscan este espacio. Se les ha abierto una tribuna realmente libre, porque es independiente (no tiene que dar cuentas a ninguna empresa automotriz, ni a ningún «cliente» anunciante, ni a ningún empresario o jefecito lambiscón). Da cabida a las opiniones de los integrantes del sector pero también a los consumidores que compran coches y que muchas veces no están contentos con el servicio o atención que reciben.

Aquellos espacios impresos que protegen a sus anunciantes para que no les retiren la compra de páginas, están atados de manos y de cabeza. No pueden darse el lujo de pensar por sí mismos. Esperan el visto bueno de la armadora o importadora de autos para hablar de un tema determinado. Si es escabroso, mejor olvidarse de él, sopena de quedarse sin anuncios y por ende, sin el modo de vivir.

Cuesta mucho trabajo ser independiente y tratar de ser libre en las opiniones y los criterios. Han sido años de buscarlo. Pero a estas alturas del partido, por supuesto que no vamos a dar marcha atrás. El público lector merece respeto, merece consideración. A ellos se deben las marcas, los empleos de los directivos, y también de la prensa (sin compra de revistas estan no existen).

Y, claro, sin su clic en estas páginas, tampoco nosotros. Eah, pues.

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