F1.– «Hermanos de las carreras» despiden a Jules Bianchi

Allí estaban Lewis Hamilton, su compañero Nico Rosberg, el francés Romain Grosjean y, por supuesto, el excampeón Alain Prost. Fue la despedida, esta mañana, a las 10 horas tiempo de Niza, del joven piloto de 25 años Jules Bianchi. Familiares y funcionarios; figuras de la FIA y seguidores de la F1, le llevaron flores a quien fuera piloto de pruebas de Ferrari y corredor con Marussia.

F1 Jules Bianchi féretro

El féretro sale de la Catedral de Sainte Réparate en Niza (Foto agencias).

Jules (que el 3 de agosto hubiera cumplido los 26 años), se accidentó el 5 de octubre de 2014 en el circuito de Suzuka, en Japón, al golpear fuertemente contra una grúa que recogía a otro vehículo siniestrado. Fue llevado al Hospital Yokkaishi, cercano a la pista. El 19 de noviembre fue trasladado al Hospital Universitario de Niza, en Francia. El corredor estuvo siempre en estado de coma. Y el sábado 18 de octubre, a las 2.45 horas, murió.

Felipe Bianchi, papá de Jules, le visitó en el Hospital de la Universidad de Niza a principios de la semana pasada. A la salida se veía más demacrado que de costumbre. Alcanzó a decir a algunos familiares que tenía un mal presentimiento sobre la vida de su hijo. Y, en efecto, en la madrugada del sábado –los medios europeos hablan del viernes como la fecha de la defunción– el piloto de Marussia exhaló su último aliento.

Sylvain Brison, el sacerdote que ofició la misa, se ve que conocía la trayectoria de Jules. Escuchaban la misa Alain Prost, el también francés Romain Grosjean, Lewis Hamilton y Nico Rosberg, entre otros visibles para la reportera de Le Monde.

Brison hablaba del joven brillante, de la presencia de sus «hermanos de carreras». De lo injusta que fue la muerte para Jules. De lo feliz que era al hacer su sueño realidad, al correr un auto de carreras en la Fórmula Uno.  Haber logrado tanto, le dio felicidad, una persona que volaba alto pero que era profundamente humilde, prosiguió el párroco.

Muchas flores, algunas lágrimas. Jules Bianchi queda en la mente de todos los que aman al deporte automovilístico y que reconocerán siempre su valor de correr un auto a más de 300 Km/h.

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