México, ante crisis, con oportunidad de expansión automotriz

La actual crisis que viven las grandes empresas automotrices del mundo, son una oportunidad para la expansión de las economías y las industrias propias de los países del subdesarrollo como México, Brasil, India. Estos dos últimos son quienes más han aprovechado la crítica situación de las empresas del sector para renacer sus empresas y competir a nivel internacional. Al nuestro le falta dar ese salto.

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Esta semana la empresa regiomontana Bienes Turgon completó la adquisición de la filial de autopartes de Delphi en Monterrey. Pero al comprar esa división de esta gran trasnacional que da empleo a unos 58,000 empleos en las plantas que tiene en más de cinco estados de la República, también se hizo de las empresas que Delphi tiene en Polonia, Australia y Sudáfrica.

El gobierno canadiense ya es dueño del 5% de las acciones de Chrysler LLC. ¿Por qué el gobierno mexicano no se hizo de otro 5% de la empresa al contar en México con tres grandes complejos de esta empresa ubicados en Ramos Arizpe, Derramadero y Toluca? Esta seria otra gran oportunidad de oro para que Fábricas Automex que existió en 1965 y que representaba los productos de Chrysler en México. volviera a resurgir o que de plano se hiciera una armadora mexicana con capital mayoritariamente nacional.

Otra segunda oportunidad para una armadora lo es General Motors de México. En Estados Unidos el gobierno de Obama tiene el control de más del 50% de las acciones de la empresa y los trabajadores se harán de un 39%. ¿Por qué México no tiene un 5% de la firma al contar con plantas en cuatro estados del país (Coahuila, San Luis Potosí, Guanajuato y Estado de México?

Otra empresa de éxito en materia de autopartes es el Grupo Nemak que surte a las grandes armadoras no sólo en Estados Unidos y Europa sino en Asia, concretamente en China.

Una empresa de autopartes internacional como Magna, canadiense, fue la diseñadora e impulsora de la fabricación del modelo PT Cruiser en Oceanía y ahora es uno de los más firmes postores por hacerse de acciones de Chrysler en caso de que la operación con FIAT no prospere.

En 1962 se impulsó el primer decreto de la industria automotriz en México con el entonces presidente Adolfo López Mateos. Fue la incipiente creación del sector de autopartes. De allí vinieron proyectos como Vehículos Automotores Mexicanos, VAM, así como Fábricas Automex, filial de Chrylser en México, lo que se llamó la horizontalización del sector automotor con un indudable apoyo a la creación de empresas mexicanas de componentes automotrices. México llegó a ser el mayor productor de motores en América Latina. Fueron los tiempos en que Ford invirtió fuertemente en la creación de la mayor ensambladora y la mayor pista de pruebas en Cuautitlán en todo el subcontinente.

Por tanto, es tiempo que en la Secretaría de Economía, y en el gobierno federal, prevalezca el espíritu de desarrollo integral del sector automotriz con una visión estratégica y de acuerdo a los nuevos tiempos que vive la industria, donde la participación mixta de los capitales, tanto del Estado como de una iniciativa privada más comprometida con el país y con el interés público, permita volver a desarrollar una pujante industria del automóvil.

México está justo en la puerta de entrada de novedosas oportunidades de desarrollo. Sólo es cuestión que pongamos en el gobierno a gente comprometida con el país, con las empresas nacionalistas que impulsen el desarrollo de México, de la región latinoamericana en la búsqueda de un nuevo marco económico internacional.

No son pensamientos retrógadas como algunos creerán. El fracaso del sistema neoliberal impone uno nuevo más comprometido socialmente. Ello ya pudo funcionar en los años 60-80, pero la alta corrupción política en el país generó una desviación de los intereses superiores que se ataron al capital privado también corrupto y a una clase política altamente cínica y corruptora.

Se puede cambiar. Se debe cambiar. Y en ese tenor las fuerzas sociales de deben mover si queremos incertar a Mëxico en la nueva órbita que le corresponde, de una nación protagonista del desarrollo automotriz propio y hacia afuera.

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