La bronca Semarnat-SE Vs. Toyota en México

¿Por qué ha decidido Toyota Motor de Japón fabricar un nuevo auto en México en la planta que Mazda construye en Guanajuato y no hacer una inversión directa que superaría los $2 mil millones de dólares? En parte por una estrategia de las empresas para aliarse ante tiempos difíciles que se avecinan, pero con un enorme peso porque la Secretaría de Mejoramiento del Ambiente y Recursos Naturales, Semarnat, y la de Economía, SE, le han declarado la guerra a la firma nipona.

Toyota producirá un nuevo vehículo de la mano de Mazda en México (Foto Toyota USA).

Este asunto que pasa por la actitud tomada por las fábricas e importadoras que trabajan en México sobre la norma energética, que cruza por el chantaje oficial ante un nuevo decreto automotriz para obligar a Toyota a producir en el País con una cuota mínima de 100 mil unidades y que termina en la decisión de la japonesa por dejar bailando en la loma al gobierno mexicano y fabricar junto con Mazda, tiene muchas aristas. Veamos:

Las fábricas se amparan ante norma energética

La Secretaría del Mejoramiento del Ambiente y Recursos Naturales, Semarnat, y la Secretaría de Economía, SE, convinieron en consultar con la industria automotriz el borrador de norma energética para que las empresas se comprometan a disminuir en sus línea se producción el CO2 en automotores y lograr un mayor rendimiento de combustible en sus unidades.

La industria respondió que esa medida debe ir aparejada sobre otras. ¿Por qué sólo exigir su aplicación a los autos nuevos y no a los extintos «chocolates», autos usados importados de Estados Unidos en cuya mayoría no priva una norma, no hay control sobre el estado físico de las unidades y han pasado seis millones al País sin control alguno por parte de las autoridades?

Como la Semarnat-SE dijeron «vamos con la norma», la industria se vio forzada a ampararse e irse a un juicio contra las autoridades competentes por ese hecho. Pero al amparo no sólo se fue Toyota, sino el conjunto de las empresas.

¿Cuál es la empresa más «chica» en México para iniciar una contraofensiva? Se preguntó la autoridad competente: Toyota.

Y es así que inicia una abierta y vulgar bronca contra la fabricante de camionetas en Baja California.

Nuevo decreto automotriz

La SE redactó un nuevo decreto automotriz, cuyo borrador se encuentra actualmente en poder de la Cofemer. En ese nuevo documento se estipula que, para que un fabricante tenga derecho a gozar de una cuota de modelos de importación sin pagar aranceles, deberá producir en el País un mínimo de 100 mil unidades. El anterior decreto exigía como mínimo 50 mil vehículos.

La nueva disposición tiene dedicatoria: Va dirigida a que Toyota no pueda cumplir con el decreto y por tanto no tenga derecho a importar automóviles y camionetas si no es pagando un arancel del 50% (lo que el gobierno no exigió en su momento a Elektra con la importación de 20,000 autos FAW, con una promesa de invertir en México que fue todo un engaño y nadie dijo nada en el gobierno federal con el silencio también de Felipe Calderón, el padrino en el acto de colocación de la primera piedar ni más ni menos que en Michoacán, su estado natal).

Calderón y Salinas Pliego. Atrás, la planta de cartón (Foto GS).

Con esta medida, se aplicarse, Toyota queda fuera de la jugada. Existe incluso el riesgo que los directivos de una de las tres más grandes empresas del mundo decidiera salirse del País… Hasta que la nipona ha sacado una nueva ficha reciente (el pasado viernes 9 de noviembre) donde anuncia su producción conjunta con Mazda. ¿Cómo quedó el gobierno con esta decisión?

Industria con chamarra de dos vistas

La industria apoyó irse al amparo judicial ante la toma de decisiones unilateral del gobierno mexicano en materia de norma energética. Entre las empresas amparadas estaba Toyota Motor Sales de México. Pero abajo de la mesa hubo empresas automotrices que pugnaron por el otro lado que el nuevo decreto automotriz saliera cuanto antes y guillotinara a Toyota.

Son las mismas que en el seno de su organización industrial han pugnado todo el tiempo porque la japonesa sea excluída, como de hecho lo fue durante unos meses, hace algunos. años. Luego Toyota regresó, aún con la posición en contra de sus detractores.

Esos mismos hacen que el Imperio ataque de nuevo. No quieren a Toyota en México al representar su más serio rival en ventas, con todo y que en México ocupa el séptimo lugar de la facturación nacional de automóviles.

El otro lado de la moneda

Analistas indican que Toyota ha burlado una y otra vez al gobierno mexicano. Cuando se le exigió una fábrica para poder importar sus unidades hace 10 años, esta dijo que abriría, como lo hizo, una factoría que ensambla cajas pickup (no cajas de redilas como alguien bromeó) para su camioneta Tacoma, y que exporta a Estados Unidos.

Toyota genera ventas de autopartes cercanas a los $4 millones de dólares al año.

Todo mundo sabe que hace años que analiza poner una segunda planta en México que, para esos analistas, representaría una verdadera fábrica de automóviles hecha y derecha.

Fuentes del gobierno de Aguascalientes dijeron a Al Volante que los japoneses de Toyota analizaban localizarse en esa entidad donde había un interesante cluster automotriz para que les proveyera autopartes. En Querétaro se dijo lo mismo y aún en Guanajuato. Pero la inversión nunca llegó.

Se informa que el proyecto de Toyota ya era un hecho para invertir $2 mil millones de dólares.

La realidad es que ahora Toyota informa que no invertirá en una nueva planta y que hará una coinversión con su nacional Mazda para que le fabrique un auto que se venderá en México y en el mercado de América del Norte.

Políticamente se afirma que esta es una bofetada a la presión del gobierno mexicano de quererla dejar fuera del mercado local con tremendo decreto.

Que es un planteamiento de Lorenza Martínez, subsecretaria de industria y comercio, quien le da línea al neófito Bruno Ferrari que, en materia de autos, sólo sabe de dónde viene su apellido.

Que Bruno y Lorenza se han ensimismado para un «No pasarán» a Toyota. Pero está les ha jugado una carta que no esperaban, como es unirse con Mazda para producir en México pero no con la inversión que el gobierno mexicano deseaba.

Que los industriales juzgan estúpida la posición de Bruno y Lorenza por querer hacer eso ahorita, cuando ya se van del cargo. ¿Por eso lo hicieron? ¿Calderón mandó hacer la travesura para generar el ruido que no pudieron hacer positivamente para el sector durante todo el sexenio que termina?

Toyota y la industria tienen claro que estos días que faltan para que el gobierno de Felipe Calderón se vaya, les urge que eso suceda, será de calma para que la japonesa negocie con el nuevo gobierno del PRI su estatus como fábrica.

Fuentes allegadas a Al Volante, han manifestado que todo volverá a la calma, que Toyota hablará con las nuevas autoridades para revisar todo el caso pero en-plena-con-cor-dan-cia-con-un-cli-ma-de-re-cí-pro-co-res-pe-to.

Se quedan bailando en la loma Bruno y Lorenza. Y otros se soban las manos por las fichas políticas que se comienzan a poner en su lugar. La chuleta en todo su esplendor.

 

 

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