Mensaje de Año Nuevo

Queridas amigas mías:
Queridos amigos míos:
Termina 2014 lleno de problemas para el País, nuestro querido México.
2014 fue para mí un año muy difícil por muchas razones. «Si el País enferma, si la naturaleza muere, César, muere parte de ti», me dice una gran amiga que siempre adivina lo que me pasa. Y por otro motivo, la salud se aquebranta con los años y con su peso. La fortaleza disminuye poco a poco y te manifiesta una sorpresa en el momento en que menos lo esperas.
Y sí, amigas, sí amigos, un tanto aquebrantado por las circunstancias internas y externas, llego al final de este 2014 con un País no en llamas, pero sí lleno de conflictos sociales. Y eso pega en la forma de sentirse con uno mismo y con los demás.
Pero siempre los jóvenes, los hijos y los buenos hombres y mujeres rellenos de un espíritu siempre jovial, lo comienzan a llenar a uno de nueva energía. Le llamaré, como mis antepasados, la encendida del Fuego Nuevo.
Eso espero que suceda en 2015. Que el Fuego Nuevo alimente mi espíritu, mi quebrantada salud y mi esperanza de que México va a cambiar porque todos lo queremos. Tenemos que luchar contra el mal, contra ese grupo mafioso que se ha apoderado del País y que no queríamos ver, no queríamos reconocer su existencia.
El pesimismo es un optimismo bien informado. Siempre he sido reconocedor de la realidad nacional y en eso me ayudan mis más firmes amigos, siempre cercanos a mí, los que nunca cesan al César.
Aquí estamos. Y con esta cara miramos al 2015. Cada quien desde su trinchera, desde su propia forma de Ser y pensar.
Gracias Vida por un año más. Gracias amigos por su entendimiento, su razón de Ser. Levanto la copa para agradecerles su cariño, amistad, respeto y por hacerme ver mis defectos también.
Venga el Fuego Nuevo que, como El Quijote, estaremos con la espada desenvainada para hacer trizas a los gigantes que nos acechan, aunque sean molinos de viento.
Los Dioses de los mexicanos los bendicirán.

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