La industria produce con menores estándares de calidad en AL

Un Nissan Tsuru que se desbarata a cualquier impacto. Un Chevrolet Matiz al que le suena toda la carrocería a los dos años de uso. Un VW Gol que no pasaría las pruebas europeas de medición de contaminantes por su viejo motor. Un Nissan Tiida, o el March, o el Versa que no tienen parachoques trasero. Un Chevrolet Aveo al que le esconden los «recalls» para no hacerle mala publicidad al auto más vendido en México… ¿Cuál se las grandes productoras se salva de ofrecer en América Latina estándares de calidad iguales a los que se ofertan en Europa? Nissan, General Motors, Volkswagen, están en la lista de los no cumplidos. ¿Quién sigue?

Chevrolet Aveo Latin NCAP

Impacto de Latin NCAP al Chevrolet Aveo que se produce en AL (Fotos Latin NCAP).

Cuando uno como automovilista analiza los casos que arriba hemos explicado (mala calidad de los productos que no nos van a salvar la vida, motores obsoletos que nos van a salir caros en el consumo de gasolina), llega al punto de la desesperación porque se da cuenta que, al pasar de los años, esto ha sido siempre, solo que hasta ahora nos damos cuenta. ¡Qué decepción! Pero lo peor es que la industria de grandes volúmenes en México o en otro país de la región latinoamericana, esa que generan Nissan, General Motors o Volkswagen u otra marca, nos ha machacado año con año que ellos producen con calidad, que su objetivo es la plena satisfacción del cliente. ¡Qué sarta de mentiras nos han vendido en la publicidad y en su red de complicidades periodísticas!

Está comprobado: La industria automotriz, esas marcas que hemos mencionado, producen con un estandar de calidad para México y América Latina y ¡con otro estandar para Estados Unidos y Europa! Quiere decir que tienen compradores de segunda acá y de primera allá. 

¿A quién acude el automovilista para salvarse de esta corrupción empresarial que se oculta atrás de la producción industrial deficiente? A las leyes. Pero resulta que estas no van a sancionar a la industria, a la marca, porque se requieren requisitos imposibles de cumplir para la sanción administrativa contra las marcas. Ejemplo: La Procuraduría Federal del Consumidor de México, exige que el cliente que reclama una deficiente caja de cambios Powershift en su vehículo Ford, tiene que llevar por escrito el reconocimiento de la marca de que su transmisión puede fallar o falla.

Latin NCAP Nissan Tiida 2015

Nissan Tiida, dos veces probado. ¿Qué pasa con los impactos traseros?

Y si usted se ampara en las normas que establecen los gobiernos para exigir a la industria el cumplimiento de medidas de seguridad en el automóvil, como bolsas de aire o frenos ABS como mínimo (ya ni hablar del sistema de control de estabilidad que es el que le puede realmente salvar la vida en caso de perder el control), estas reglas gubernamentales no dicen que la industria deba cumplir con esos implementos en sus automóviles. Son normas laxas, a la medida de la industria, la que, dice el gobierno, le da de comer al país. ¿Entonces?

Existen instancias como El Poder del Consumidor (ONG, Organización No Gubernamental, en México) y la probadora de los autos que se venden en América Latina, Latin NCAP, que están a prueba para dar un paso más a lo que no debe ser una actividad que caiga en el burocratismo en nuestros países, o que terminen vendiéndose al mejor postor: Las marcas. Estemos al pendiente de su labor.

Pero si no, será el tiempo en que los automovilistas se organicen en instancias independientes, libres del yugo de los gobiernos, para dar el siguiente paso.

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