Al Volante: 426,865 visitas en octubre y vamos por el medio millón

En mayo esta página cumplirá ocho años de vida. Hemos escrito unas 3,000 notas y recibido unos 9,000 comentarios. En octubre llegamos a 426,865 visitas al mes. Nuestro récord es 428,663 de agosto, por lo que el reto es llegar al medio millón. Pero el máximo reto es ofrecer más pruebas de manejo y contestar a todos los foristas. En eso trabajaremos los próximos meses.

Visita de Chip Foose a México con BASF

Alejandro Díaz, Chip Foose, Edgar Morín y César Roy Ocotla (Foto E. Gijón).

La mercadotecnia de las empresas automotrices que trabajan en México, rebasa a los periodistas, se mete en sus agendas, las agobia y agobian también al propio reportero. El que labora para algún medio, no tiene escapatoria: «Te vas a Cancún y regresando tomas el avión a Monterrey a la otra prueba de manejo y luego vas a una presentación de golf de esta marca con la que tenemos lazos comerciales»… y así.

Ese agotamiento de la fuerza laboral automotriz está impidiendo que el reportero analice, investigue, indague más a fondo la nota que está trabajando. Y es obvio que todo ello va a redundar en la mediocridad del trabajo periodístico, o sea de la nota, el artículo o el reportaje.

Todos caemos en eso. Si eres trabajador independiente de la tecla, puedes decir: «No, gracias» y aferrarte a tu propia agenda que la dictan tus lectores, los que te piden una información, o porque tú pensaste una semana en un tema y tienes la libertad de desarrollarlo. Eso te lleva cinco horas en la semana, y lo presentas más o menos bien. Quedas bien con tus lectores.

Pero eso que te invadan de boletines de prensa (hay mentes enfermas que trabajan en bombardearte con 20 comunicados ¡por día!) y entonces te conviertas en boletinero y olvides tu trabajo periodístico de investigación y de análisis, es conseguir precisamente la mediocridad. Ya no hablemos de los malos sueldos de los periodistas (recordar a aquellos que se ven obligados a aceptar del narco el billete por unos consejos de estrategias de comunicación). Un mal sueldo redunda en un reportero infeliz que le da lo mismo firmarse el boletín (no se rían, hay casos así) que darle la vuelta rehaciéndolo de alguna manera. La prisa también tiene su precio en la elevación de la mediocridad.

Y esa mediocridad tiene como complemento el desprecio al periodista y lo que fue, en un momento, su calidad como profesional de la comunicación.

Sirva todo lo anterior para dar gracias por su confianza, que sepan que estamos alertas de no caer en tentación y librarnos de toda la mala fe de la gente que en la industria existe y que reclama de nosotros: «¿Por qué escriben lo que se les da la gana, por qué no son chicos de la prensa normales como los demás?»

Vamos por el medio millón con el reto de hacer más pruebas de manejo, de tener un presupuesto para ello y de contestar a todas sus preguntas, que para eso abrimos foros en cada nota.

¿Algún comentario?

Salud y gracias por esas 426,865 visitas. Si recomiendan, no olviden citar las frívolas redes sociales.

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