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La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, AMDA, dio a conocer su apoyo a la política de Felipe Calderón para ampliar el periodo de aplicación de restricciones a la importación de autos usados provenientes de Estados Unidos, dada a conocer la semana pasada. Otros sectores de la población no ven con buenos ojos que se siga permitiendo la entrada de vehículos chatarra al país.
Entraron 400,000 importados en 2010 (Foto archivo).
El Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 28 de diciembre dictamina que se amplía por seis meses más el periodo de mantener restricciones a la importación de unidades provenientes del extranjero, principalmente las que se establecen en el Tratado de Libre Comercio con América del Norte.
La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores dice que la medida adoptada por el gobierno federal es apoyada por esta agrupación «se cumplió con mantener el mecanismo de precios estimados para determinar el valor en aduana, disminuyendo la evasión fiscal».
México se comprometió en 1994 a permitir la importación de vehículos usados provenientes de Estados Unidos con una tabla de disminución de exigencias año con año hasta una libre importación. Sin embargo, el gobierno mexicano no estableció nunca una normatividad para fijar políticas públicas acordes a proteger al medio ambiente.
Al Volante señala que, mientras Canadá se cerró a tal idea (de permitir la entrada de vehículos usados a su territorio dentro del TLCAN), México aceptó ser el basurero de Estados Unidos hasta llegar a la libre importación de unidades sin ninguna restricción.
Felipe Calderón, con el decreto del 28 de diciembre, aplaza sólo seis meses la aplicación de restricciones para la importación de unidades usadas. La más importante es pedir el certificado de origen, dice Al Volante. Pero esta medida terminará en junio de 2011 y comenzará la entrada libre y exagerada de unidades en pésimo estado mecánico. «Verdadera basura seguirá rodando por nuestros caminos», dice el espacio de internet.
La AMDA insiste en contar con un sistema de inspección vehicular ante unidades que por su deterioro tienen prohibido circular en Estados Unidos mientras en México sí se permite que ello suceda.
