Trafica gobierno influencias en importación de autos usados

La revelación del diario Reforma es contundente: El gobierno federal, a través de diversas dependencias, ejerce tráfico de influencias para la importación de autos usados provenientes de Estados Unidos. La cadena de corrupción va desde funcionarios del Sistema de Administración Tributaria de la Secretaría de Hacienda, SAT, hasta aduaneros, jueces, magistrados, legisladores y líderes del PRI.

Autos fila puerto de Baltimore USA

Cadena de corrupción gubernamental afecta a la producción de autos en México (Foto archivo).

Han sido los representantes de las asociaciones de la industria automotriz quienes hablaban de personas sin escrúpulos que establecen empresas para importar vehículos de medio pelo provenientes de Estados Unidos. Del segundo semestre del año pasado, a este año, se han realizado operaciones por cerca de siete millones de automóviles, pickups y camionetas utilitarias que han sido introducidas al país al amparo de documentos apócrifos.

Sólo que faltaba ponerle nombre y apellido a esos tres grandes importadores que se hicieron millonarios desde la frontera norte importando vehículos usados en mal estado mecánico. El negocio se basaba en ello: Comprar verdadera basura automotriz y vender «esperanzas» que van a caminar tres cuadras y se van a descomponer, sin refacciones existentes, ya que muchos de esos modelos no se venden en México o corresponden a unidades de hace más de 15 años que ya no encuentran suministros de partes de este lado de la frontera.

La gráfica de venta de autos usados importados provenientes de EEUU, tiene sus ascensos y descensos. Tiene que ver con temporadas. Los jueces corruptos permiten la importación, luego la detienen (sobre todo cuando tiene que haber un pronunciamiento oficial sobre el tema) para luego vigorizarlo con singular alegría.

Pero la cadena de corrupción tiene muchos y fuertes eslabones. Los «empresarios» importadores suelen ser ex-funcionarios públicos, casi siempre vinculados con el PRI, que lo mismo o son diputados locales o plurinominales (nunca tuvieron que competir para ganarse con el voto el cargo). Y de allí se vinculan con los agentes aduaneros de Hacienda que se hacen de la vista gorda a cambio de una comisión por el paso de cada auto. Si han entrado siete millones de unidades, haga la cuenta el lector.

Aquí todos ganan: Los aduaneros reparten también. Allí entran los jueves, funcionarios de gobierno, y los puestos de arriba, que, por dejar pasar y dejar hacer, reciben también su mochada.

Y cuando la industria ha buscado a los legisladores para exponer el espantoso caso, estos han detenido la bronca con canonjías para los magistrados y para los propios legisladores. Se trata de permitir que el programa de importación funcione para todos. Todos ganan. Pero la industria pierde, dedica menos de su producción al consumo interno. Estas empresas se preocupan más por sus grandes exportaciones de autos usados a otros países. De eso viven. De estas operaciones hacen rentable su operación en México.

El reportaje de Reforma (lunes 7 de julio de 2014), da cuenta de cómo los líderes del Partido Revolucionario Institucional, en el poder, están haciendo su agosto, desde que Enrique Peña tomó posesión.

Curioso. Algunos funcionarios ahora trabajan en el sector privado.

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