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Aún con el sobrado optimismo de Agustín Carstens, secretario de Hacienda, quien dice que la recesion de Estados Unidos no hará mella en la economía mexicana, el pasado lunes la empresa de autopartes Alcoa Electrical & Electronics Solutions anunció que cerrará entre julio y septiembre de este año su planta ubicada en el estado de Puebla y que da ocupación a 14,000 trabajadores. Lo mismo sucederá con una bodega que tiene en Del Río, en Texas, empleando a 3,500 personas más.
En un escueto comunicado de prensa, Alcoa EES dice que su presidente, Jon Jensen, ha declarado que la situación de la demanda del sector automotriz les obliga a reestructurar su tamaño y ajustarse a la baja que está teniendo la compra de vehículos en este momento, por lo que la planta mexicana ubicada en Puebla, cercana a Volkswagen de México, se tendrá que cerrar dentro del tercer trimestre del año.
Alcoa, fabricante de aluminio con presencia en 34 países, propietario de minas para la extracción de materias primas y de empresas manufactureras, es una de las 50 más importantes empresas del sector de autopartes para América del Norte y con plantas en México en Puebla y Saltillo, Coahuila, entre otras.
Tiene divisiones encargadas de la fabricación de sistemas integrales electrónicos y eléctricos para la industria automotriz, aunque con presencia en otros sectores como el de la construcción.
Desde sus oficinas centrales en Pittsburgh, emitió un mensaje sobre el cierre de la planta mexicana en Puebla donde operan 14,000 trabajadores, pero también habló de su gran almacén ubicado en Del Río, en Texas, que también será cerrado.
Las ventas de este grupo ascendieron en 2007 a $1,375 millones de dólares y dice aplicar medidas necesarias para ajustarse al tamaño del mercado, motivado por la baja demanda de vehículos sobre todo en Estados Unidos donde el parámetro de 16.1 millones de unidades para este año ya ha bajado a 15.4 millones y, preveemos, disminuirá aún a 15.1, y será evaluado en el segundo semestre si continúa la crisis de falta de dinero en la gente y en la paralización del mercado de las hipotecas.
La anterior noticia es un serio revés a la planta productiva de componentes automotrices en México y habrá que ver las repercusiones sociales que tendrá no sólo para la mano de obra desocupada en Puebla, sino en el conjunto del país.
La industria automotriz está teniendo noticias buenas y malas. Unas por los cierres de plantas que se repetirán irremisiblemente, y otra porque están llegando a México más inversiones de empresas en Norteamérica que prefieren a México como punto de inversión y crecimiento dadas las condiciones de mano de obra barata y calidad de producción, sin tantas presiones como se tiene hoy en día en Estados Unidos.
La pregunta es: ¿Habrá más noticias buenas que malas en este sentido?
