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La noticia dada ayer por Chrysler LLC de mandar a la calle en septiembre a 1,000 trabajadores no podía pasar desapercibida. Lo curioso es que cerró operaciones en 2007 con una liquidez (palabra muy de moda ahora en las armadoras norteamericanas) de $9,000 millones de dólares ¿Entonces? Pues tiene que recortar personal porque la demanda de vehículos en Estados Unidos podría bajar a 13.8 millones de unidades, otro recorte de los analistas pero ahora de 300 mil coches menos… ¡Uff!
En México las plantas de Chrysler también se van a tener que reconvertir hacia autos chicos.
Esta firma adquirida por Cerberus, ha anunciado que va a cerrar su planta de minivans. Curioso, ellos fueron los creadores, hablo de Chrysler, del concepto minivan en los años 80.
Van a reducir la producción de camiones Ram 1500 y 3500 en la planta de Missouri. Algo parecido tendrá que pasar con la planta de Ramos Arizpe, Coahuila, en México, donde ha habido paros técnicos de producción con varias semanas de descanso obligatorio para sus trabajadores.
Chrysler, al igual que Ford, tendrá que reorientar su producción de vehículos grandes y altos consumidores de gasolina, a unidades de menor tamaño y de menor consumo.
Hace unas semanas en México, un ejecutivo de Global Insight decía que Chrysler LLC se podría vender en partes para el año 2009.
Sumados a los despidos desde noviembre del año pasado, la nómina alcanza ya a 30,000 despedidos en Estados Unidos.
El fenómeno de ciudades abandonadas por los cierres de plantas se está dando en suburbios de Detroit y otras urbes de la Unión Americana.
En dos años, la industria automotriz de ese país ha dejado en la calle a más de 350,000 trabajadores si consideramos que a los cierres de plantas automotrices le siguen cierres de plantas de autopartes. Un millón de personas se han visto afectadas por este fenómeno de sobre producción y recesión económica en la «mayor potencia» mundial.
