La breve historia de la gente de IBI o La Garra de Águila

Por el Ing. Francisco Javier Elenes

Esta es una historia, que vale la pena contar. Habla de la gente de Industrias de Baleros Intercontinental (IBI) tuvo  La Garra de Águila para competir con éxito ante la entrada de la competencia internacional por la entrada de México al NAFTA llegando en costo y calidad a nivel internacional con un servicio arriba de lo internacional.

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¿Tú como Mexicano tienes La Garra de Águila?

Aún cuando estábamos con un costo al doble y calidad a la mitad del nivel internacional y se requirió mejorar 300% la productividad de la mano de obra y elevar la capacidad de producir con calidad de 68.26% a 95.44% en camino a 99-100%, mejorando servicio de 60% a 90-100% (arriba de 80% del nivel internacional) reduciendo el Ciclo de 300 a 100 días al pasar de sistema de producción de lote con 6 operarios a una línea que podía ser manejada por una o dos personas usando su Mente de Obra y su Voluntad (garra) de Obra en vez de su Mano de Obra al liberarles las manos con conveyors y elevadores.                                                                                                                                                                                                 Les cuento: En 1992 recién fui nombrado Director General de IBI (Industria de Baleros Intercontinental) se anuncia que se abrirán las fronteras al entrar México al NAFTA.

Mis directores me dijeron que la empresa no sobreviviría porque a frontera cerrada se contrabandeaban 100 millones de dólares (la venta anual de IBI) ya que nuestro costo- precio era el doble del internacional y al abrir la frontera todo sería importado.

Les contesté que si el costo estaba al doble y la calidad a la mitad, requeríamos bajar el costo a la mitad y subir la calidad al doble.

Para bajar el costo a la mitad, se requería subir la productividad de la mano de obra en 300% (estábamos en el último Quartil de las 80 Plantas SKF) lo cual se dijo  era tarea imposible para nuestros operarios mexicanos, que venían del campo, y eran el típico mexicano con complejo de inferioridad.

Para lo cual respondí: «Hay que sacarles la garra para competir al tú por tú con operarios de primer mundo. Con esto en mente me encontré un libro que habla de un Huevo de Águila que es empollado en un gallinero y de la búsqueda de su destino  la conquista de la cima de la montaña.

Localizamos al autor y lo trajimos a IBI y les platicaba a nuestra gente (después en CLEVITE hicimos un video) la historia de cómo el águila conquistó la cima y al final le preguntábamos al trabajador: «¿Y tú quieres ser gallina o águila?» Y el 100% de nuestra gente nos contestó: «No queremos ser, ¡Somos águilas! y tenemos la garra y las alas para volar alto». Con esa garra y dándoles las mismas herramientas de plantas europeas, elevaron la productividad y pasamos al primer quartil de las 80 plantas SKF.

Y pudimos sobrevivir ante la apertura de fronteras y no solo defendimos nuestro mercado sino que exportamos a otros países (recuerdo que le proveíamos a una planta de Renault que por cierto una vez que nos atrasamos en la producción un par de semanas lo compensamos fletando un avión para entregar en un día).

La planta fue competitiva, tanto que les interesó a los socios tecnólogos la compra a los socios mexicanos. Y por el lado de nuestros operarios, Las Águilas IBI, la historia tiene un final feliz.

Una semana antes de entregar la Dirección General a un sueco, la gente del sindicato me fue a ver. Yo pensé que a lo mejor querían cerrar las últimas prestaciones que estábamos negociando, para que se las reconocieran los suecos. Y esto fue lo que me dijeron: «Se acuerda de mí, ingeniero, yo fui el que en ese brindis de Navidad cuando se dieron de baja a 200 compañeros a la hora del brindis le pregunté: «¿Puede dormir habiendo liquidado a 200 compañeros?» Sí, le dije, (recuerdo que contesté) que cuando pensé en los 200 que se salían no podía dormir, pero que cuando pensé en los otros 800 que conservarían sus puestos de trabajo me fui a dormir y también le dije que lo lograríamos llegar a costo y calidad internacional y podríamos acceder a mercados de exportación más grandes y que entonces contrataríamos no a los 200 sino a 400.

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Él me dijo: «Ingeniero, los suecos nos acaban de hablar y nos han pedido 400 personas porque están cerrando la mitad de una Planta en EEUU y trayendo la producción para Puebla. «Así como tenia agallas para reclamar también las tengo para agradecer. Gracias ingeniero».

Debo decir que este es el mejor reconocimiento que en mi vida profesional recibí, además del hecho que el consultor de IPADE que nos ayudó en los procesos de avance para la  implementación de la estrategia escribió el caso IBI–Elenes.

Al recordar esta vivencia me viene a la mente este hermoso poema. Dice: «Qué suerte he tenido de nacer, para tener acceso a la fortuna de ser río en lugar de ser laguna, de ser lluvia en lugar de ver llover». Y aprovecho este medio para compartir un mensaje: Es necesario un esfuerzo serio para rescatar la garra del Mexicano (con mayúscula), Y destruir el retrato del mexicano (si con minúscula) flojo, de oros y pistola, con complejo de inferioridad como un pre-requisito para competir en un nuevo mundo Global.

México está viviendo una etapa histórica. Historia es el encuentro de Circunstancia y Carácter. La circunstancia: el  ingreso de México a un nuevo mundo global. El carácter: La Garra del Mexicano  que hay que rescatar. Tarea de líderes con visión y maestros con vocación. Todo lo que se ha escrito sobre el mexicano (con minúscula) con complejo de inferioridad, son puras patrañas. Se requiere un esfuerzo serio para rescatar la garra del Mexicano y destruir el retrato del mexicano flojo, de oros y pistola que atenta contra nuestra bella cultura.

No somos un pueblo agresor, ni perezo. Somos un pueblo que ama el arte, la música, el amor.

El método tradicional de elevar competitividad de mano de obra por tiempos y movimientos produce resultados marginales, no suficientes para elevarla a nivel internacional. Los invito a firmar  el «Compromiso del Águila».

Nota final: Todo lo que se ha escrito sobre el mexicano (con minúscula) con complejo de inferioridad, son puras patrañas. Después de leer los ensayos “Dos mitos de la mexicanidad”, de Guillermo Hurtado; “El complejo de inferioridad”, de Samuel Ramos y “El laberinto de la soledad”, de Octavio Paz, no puedo evitar sentir que ya está dicho casi todo acerca de lo que es el mexicano,  sí, todo lo malo y negativo. ¿Por qué esa necedad de hablar mal del mexicano? (sí con minúscula). El psicólogo habla de enfermedad no de lo bueno, solo le interesa la neurosis. El periodista la “nota de 8″. El novelista, del personaje tortuoso para hacer interesante la tragicomedia.

El único libro (que conozco) que habla bien del Mexicano es uno de Erich Fromm y Michael Maccoby del Fondo de Cultura Económica: “Sociopsicología del Campesino Mexicano”, donde confirman que el Mexicano sí es productivo (¿por qué nos hicieron creer que somos un pueblo conquistado  y no conquistador? ¿Por qué no ser hijo del fregón y no hijo  de la fregada?

Yo me niego a aceptar que al Mexicano nos pongan esas etiquetas que tanto daño nos han hecho: Complejo de inferioridad, flojo, de oros y pistola.

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