Mi experiencia con Suzuki en Cancún con un final feliz

Por Jorge Nieto (Forista de Al Volante)

Yo compré mi Suzuki S-Cross GLX de manera casi fortuita. Tenía un Swift al que amaba, y estaba encantado con la atención en la agencia de Suzuki en Cancún. Mi esposa tenía un Ford Focus SE HB. Si, de los que salieron con la Powershift fallada.

Suzuki SX4 S-Cross frente lateral

Jorge cambió su Swift por una S-Cross (Fotos ilustrativas de archivo).

El Focus nos gustaba mucho. Su equipo, sus sensaciones, su desempeño, la acción de la caja (cuando ya ibas encarrerado), pero se convirtió en un dolor de cabeza debido a los jaloneos y tronidos en tráfico lento.

Ya nos habíamos fastidiado de lidiar con esa y otras situaciones de garantía. El trato con Ford fue bastante deficiente, y mi esposa buscaba la forma de deshacerse del Focus sin tener que malbaratarlo. Le habían hecho reparaciones en garantía y yo estaba semi conforme con los resultados, pero mi esposa lo manejaba diario y ya no quería nada con ese coche ni con Ford.

Entonces llevamos mi Swift a su servicio de mantenimiento programado, y vimos la flamante S-Cross que tenía poco de haber llegado. En ese momento no me llamó mucho la atención, la consideré uno más de los NiNis (ni coche ni camioneta).

Pero mientras yo estaba recibiendo mi Swift del servicio, mi esposa platicó con la gente de ventas, y al encontrarnos me salió con la sorpresa de que le habían ofrecido comprarnos nuestros dos autos a cambio de una S-Cross GLX.

¿Es en serio? Le pregunté. -Si, ven a verla y la vamos a manejar- me dijo.

Fue amor a primera vista. Más aún, a primera manejada. No recuerdo si el vendedor nos habló mucho sobre las características del auto. Mi ojo crítico fue descubriendo piel auténtica en asientos y volante, un grandísimo quemacocos eléctrico y pantalla touch con navegador GPS. No son algo que yo había deseado, pero subirte a un auto que los tiene indudablemente otorga una sensación de logro y satisfacción.

Ok, hay muchos autos con pantallita, pero… ¿Y la seguridad? Contestó el vendedor: Bolsas de aire frontales, laterales, y de cortina, frenos ABS, control electrónico de estabilidad, control de tracción, 5 cabeceras regulables, 5 cinturones de tres puntos, anclajes ISOFIX, faros bixenón con lupas de largo alcance y bordes en LED, 5 estrellas en pruebas de choque de EuroNCAP. Y aunque en el clima y terreno de Cancún no es necesario, existe una opción con tracción integral y selector con tres modos de manejo. ¡Pues vamos a manejarlo!

Dos adultos y tres niños, bastante cómodos. El más pequeño de inmediato dijo que estiraba más las piernas y se podía mover más que en el Focus. Mi hija grande dijo que tenía espacio para dos mochilas bajo sus piernas.

Fuimos a dar una vuelta por las avenidas más amplias de Cancún. Puse la computadora de a bordo en ceros para mostrar el consumo de gasolina promedio del recorrido. Después de unos minutos, vi 15.4 km por litro. ¿En serio? ¿En ciudad? ¿Sobrecargado con toda la familia más el vendedor? Esto es interesante.

Al ingresar a la carretera al aeropuerto noté que había que pisar más a fondo el acelerador para tener la misma velocidad de ingreso que con el Focus. Pero nada que decepcione, la potencia si no es abundante, es más que suficiente. 118 caballos para un auto que anda por los 1,200 kilos da una relación similar a la de camionetas más potentes, pero más pesadas.

Yo soy de los pocos amantes de una buena caja CVT. Pisa lo necesario hasta lograr la velocidad que quieres, luego suelta un poco el acelerador y deja que el motor baje hasta 1,000 revoluciones y mantenlo pisado sólo lo justo para mantener la inercia. Así es como una CVT ahorra gasolina, y mucha.

El vendedor me sugirió que jugara un poco con las manetas de cambio al volante. Hmmm, vamos a ver. Le das un pellizco a la izquierda y al instante se convierte en estándar de 7 velocidades y baja una relación. Ahora písale. Sube de revoluciones y aguanta hasta pasadas 5 mil. El tablero te indica en qué velocidad vas y cuándo es el momento recomendable para cambiar a la siguiente.

Pellizco a la maneta derecha, y pasa a la siguiente velocidad, y sigue acelerando, luego otra vez, otra vez, hasta llegar a la séptima. Wow, ésto es útil para rebases o subidas complicadas en que la CVT pudiera sentirse lenta o insuficiente. Al mantener la velocidad, se regresa automáticamente a Drive. Qué maravilla.

Mi pregunta ¿Y se puede manejar con las manetas todo el tiempo? Si, pones la palanca en M y te mueves para arriba y abajo de los 7 cambios con las manetas tras el volante, pero en realidad sólo resulta práctico y de hecho muy útil en carreteras sinuosas.

Durante el recorrido se nos hizo de noche, y descubrí algo nuevo para mí: El retrovisor electrocrómico. Nada como traer un autobús pegado detrás de ti y que el espejo disminuya drásticamente la luz que te llega a los ojos, pero sin quitarte la visibilidad de lo demás que tienes detrás. Como para premio Nobel.

Enamorado ya estaba. Terminamos la prueba de manejo y al llegar el vendedor me mostró cómo el Bluetooth se conectaba automáticamente a su celular, y el sistema multimedia y GPS del auto respondían a comandos de voz, tocaba la música de su playlist e incluso le leía en voz femenina los mensajes de texto que le llegaban.

Y vimos detalles como las luces de encendido automáticas, los limpiadores automáticos. los chorros lavafaros, el botoncito para retraer los espejos, el aire acondicionado automático bizona, cámara de reversa, sensores de estacionamiento atrás y también adelante… ¿En serio todo esto viene de serie? Si, lo único que cuesta extra es la transmisión integral.

¿En verdad me lo cambian por mi Swift con 90 mil kms y el Focus fallado? Wow.

Salí de ahí 90% convencido. Empezaba a hacerme a la idea de comprar una camionetita, pero decidí tomarme mi tiempo para ir a ver a la competencia.

Vi buenas propuestas en la Mitsubishi ASX, pero los asientos parecían de imitación piel aunque la vendedora decía que era auténtica. Casi tan bien equipada, pero… 70 mil pesos más cara. Y a pesar de tener motor más grande y supuestamente más potencia, se sentía más torpe. Una frenada en curva me sacó un pequeño susto, más aún a la vendedora. Está muy bonita, pero no, gracias.
Ecosport… buen motor, pero cajuela muy chica, equipo muy pobre, y Powershift… no, no otra vez. Además, Ford no me quiso comprar mis autos. No quisieron recibir la porquería de Focus que me habían vendido.

Trax… Nada que ver. Motor y caja lentos, torpes, suspensión demasiado blanda para mi gusto. La que se veía interesante en cuanto a equipo y rendimiento era la LTZ turbo, pero el precio me pareció injustificable.

Peugeot 2008… Esa sí me hizo pensarlo. De hecho me pareció más bonita que la Suzuki. Me gustó mucho el interior, la sensación de la suspensión, la calidad de materiales, pero la caja de 4 cambios me pareció su punto más débil. De haber tenido una de 6, o una CVT, tal vez habría decidido diferente.

Por curiosidad vimos también la CX5, la CRV, la Outlander y la RAV4, pero en mi opinión su gran volumen exterior no justifica la mínima diferencia en volumen interior, y ninguna tiene todo el equipo de la S-Cross.

El proceso de compra fue bastante sencillo. Nos recibieron los dos autos, por la mañana, nos dieron el cheque, y por la tarde estábamos pagando el total de la camioneta. Tres días después, estábamos estrenando y disfrutando el olor a piel nueva.

Pero no todo es miel sobre hojuelas. Nos entregaron la camioneta un sábado por la mañana, y en la tarde mi esposa se dió cuenta de que el testigo de las bolsas de aire estaba prendido. Suzuki ya había cerrado.

El testigo nunca se apagó. Llevamos el auto el lunes por la tarde, y le dieron una escaneada rápida que no mostró ninguna falla. Nos dijeron que no nos preocupáramos, que el sistema servía y el auto era seguro para manejar, y nos resolverían el problema del testigo en unos días, después de checar con la planta y recibir instrucciones. Por ser un modelo reciente, era la primera vez que veían esa falla y no tenían un protocolo para arreglarla. Y nos repitieron que en caso de accidente las bolsas funcionarían con normalidad.

Los días se convirtieron en semanas, y Suzuki seguía sin darnos respuesta. Siempre amables, siempre regresando las llamadas a tiempo, pero sin poder darnos una solución.

A las tres semanas nos dijeron que tenían una reprogramación del software que solucionaría el problema. Lo llevamos, y nos dijeron que necesitaban tener el auto dos días para hacer la reprogramación y las pruebas pertinentes.

Suzuki SX4-SCross atrás lateral

Admirado con el equipamiento.

Al segundo día nos llamaron para decir que podíamos pasar por el auto, pero que desafortunadamente el problema no se había solucionado. Ya habían mandado un reporte a Japón, pero tardaría unos días más en llegar una respuesta.

Y así, pasamos mes y medio manejando un auto que avisaba de un problema en las bolsas de aire que la marca no sabía cómo resolver.

Por fin nos llamaron, y en esta tercera entrada al taller nos pidieron paciencia. Nos dijeron que era un sistema muy complejo y que tendrían que quitar y poner elementos y reprogramar, uno por uno, hasta encontrar el que había fallado. Esto tardaría algunos días, pero la promesa era entregarnos el auto en perfecto estado y con el control de calidad y garantía de fábrica.

Y así, pasaron 4, 6, 8 días, y la paciencia se terminó.

Mi esposa y yo hicimos el juego del policía bueno y policía malo, y finalmente el gerente de la distribuidora nos prestó un Swift automático demo, mientras terminaban nuestro auto, y prometió supervisar personalmente y ver que se nos entregara lo más pronto posible.

Por fin, casi un mes después, nos entregaron el auto con todo el sistema de bolsas de aire, sensores, arneses y testigos nuevos, con una disculpa, más una tarjeta de descuentos en servicios, y una dotación Chabelo de productos de estética y cuidado marca Suzuki.

En retrospectiva, creo que a pesar del gran inconveniente del tiempo en taller, Suzuki respondió con la cara en alto al problema. Entiendo el reto de resolver un problema nuevo en un vehículo nuevo, y creo que la marca en sí lo pudo haber hecho mejor. Pero la respuesta y el apoyo del distribuidor en Cancún finalmente fue mejor de lo que otras marcas habrían hecho por nosotros. Y a partir de ahí hemos mantenido una excelente relación con la gente de servicio y garantías de Suzuki Cancún.

Mi S-Cross ya tiene casi 60 mil kilómetros y está a poco de terminar su garantía. Pero no me canso de recomendarla. No ha dado ningún problema, los servicios bien hechos, a tiempo, y a precio razonable.

Incluso cuando llegó la Honda HRV, la fui a ver por curiosidad y pensé “pfffff…. Hasta el Fit viene mejor equipado con 4 bolsas de aire, y por ese precio… no, gracias, sigo contento con mi S-Cross”.

Por último, quiero ofrecer una disculpa pública a Franco, el encargado de servicio de Suzuki en ese tiempo. En algún momento lo llamé aprendiz de mecánico de banqueta, y después me confesó que fuu un insulto que le llegó muy fuerte y lo empujó a superarse personalmente. Ahora, con la mente tranquila y casi 60 mil kilómetros después, le tengo mucho agradecimiento, al igual que al resto del personal de servicio y ventas de Suzuki Cancún.

Franco, si estás leyendo, disculpas una vez más, y gracias por todo.

 

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