Nada para nadie; Kimi se les metió

No vamos a demeritar a Kimi Raikkonen, pero este gran premio fue el grave error de McLaren: Defender a Lewis a morir y sacrificar a Alonso. Nada para nadie. Pierde Ron Dennis, gana Ferrari una Fórmula Uno 2007 cargada de mucha porquería.

Kimi Raikkonen GP Brasil

Kimi, merecedor del campeonato en una Fórmula Uno harto cargada de porquería.

El Gran Premio de Brasil era ayer la ventana del mundo que gusta de las carreras. Alonso ya saboreaba el gusto no sólo de estar en el podio sino de ser campeón. Hamilton mostró pobreza tecnológica desde el principio. Era el momento de darlo todo a Fernando por parte de Ron Dennis y salvar el honor de la corona (por aquello del orgullo británico).

Pero no. Ron Dennis, quien por cierto todavía está reclamando el uso de combustibles alterados por parte de BMW –esperando con ello reverter el campeonato a favor de su protegido Lewis Hamilton–, cometió el grave error de dar en bandeja de plata todo al chico de 22 años, y sacrificar al «orgulloso y prepotente» piloto español Fernando Alonso. Su táctica le deja, como dijera un aficionado inglés en la página de internet del diario The Sun, «lo que se merece: nada».

El Gran Premio de Brasil estaba hecho a la medida de los Ferrari de Kimi Raikkonen y Felipe Massa. Los tiempos del viernes y sábado así lo demostraron. Al final el finlandés supo aprovechar las desaveniencias rondennianas y establecer que un piloto puede hacer más si recibe un trato justo.

Lo que nos encanta de Raikkonen es su frescura y su gusto de mandar al diablo todos los convencionalismos que rigen en el circo de la Fórmula Uno. El muchacho recibió el título y se fue con sus amigos que gustan disfrazarse de gorilas para apoyarlo, a la fiesta que dio su escudería y luego terminó en la que ofreció Red Bull en una conocida discoteca de Sao Paulo.

Kimi (1.28.15.270 horas) llegó primero a la historia del GP de Brasil pero también de su propia historia. Su primer campeonato. Nadie apostaba por él en la vorágine de las opiniones internacionales. Sólo había dos sopas: Hamilton o Alonso. La afición no estaba con él en su gran mayoría (no estábamos para ser sinceros).

Massa, firmado otros tres años con Ferrari, tuvo podio en su tierra (1.493 segundos atrás) y la tranquilidad de cenar pavo en Navidad por otros tres años.

Fernando Alonso (tercero en Interlagos con 57.019 segundos atrás del líder) se merecía el título. Pero Ron Dennis no quiso ayudarlo para ello. Minó toda esperanza del español para conseguirlo. El inglés dejó de lado la ética profesional que dice que cuando contratas a un piloto para ser el titular debes apoyarlo hasta el fin. Se olvidó de él, y ahora veremos cómo canta el juglar de los gitanos su despecho, su frustración de no haber sido ayudado para lo que le llamaron.

Nico Rosberg se colocó en cuarto a 1.02.848 minutos atrás de Kimi. Le da a Williams Toyota un buen sabor de boca.

(Ralph Schumacher está recomendando a los japoneses de la primera empresa mundial automotriz que contraten a Fernando Alonso para la temporada 2008).

Robert Kubica estuvo en quinto a 1.10.957 minutos dándole a BMW el resultado de un buen trabajo hecho en la temporada.

Lewis Hamilton tuvo el peor gran premio de su corta vida en la Fórmula Uno. No era su carrera y cerró en séptimo ¡a una vuelta del líder!

Lewis Hamilton perdió en Brasil

Ni hablar, no tuvo buen coche Hami.

Ron Dennis, desencajado, malhumorado, dijo a su jefe de mecánicos que levantara una protesta a la FIA por sospecha de que BMW usó combustibles fuera de reglamento. Hay quienes todavía abrigan la esperanza de que la FIA vuelva a hacer su teatrito de la legalidad, del imperio de las leyes sobre cualquier interés económico… para revertir o reverter el resultado de un campeonato ya celebrado.

Como colofón podemos decir que la Fórmula Uno arde en estiercol.

Es tiempo de lavar la casa, de levantar el polvo y de crear un espectáculo a la altura de los 500 millones de aficionados que compran los productos que allí se anuncian.

No más sabotajes permitidos, no más hacerse de la vista gorda hacia unos y aplicar el rigor de la torcida ley para otros.

Que estos señores del dinero, los Mosley, los Ecclestone, tengan un poquito más de respeto y de consideración para la afición que es la que los mantiene allí en sus puestos, ganando muchos millones de dólares.

 

Léa también

WRC 20 Rally de Monte Carlo.– Inicia Sébastien Ogier (Toyota Yaris WRC) dominando las primeras jornadas

Por Gabriel Covelli y César Roy Ocotla Ha iniciado el Campeonato Mundial de Rallies 2020 …