Hamilton no, Hamilton sí

MclarenmercedesEl reciente triunfo de McLaren-Mercedes con el español Fernando Alonso y el británico Lewis Hamilton en el Gran Premio de Monaco, celebrado el domingo pasado, ha despertado la pasión inglesa.
La prensa de Londres desplegó el domingo por la tarde un esfuerzo extraordinario para exigir a la Federación Internacional de Automovilismo, FIA, se investigara sobre la supuesta orden del director de McLaren, Ron Dennis, para que Hamilton no rebasara a Alonso, lo que finalmente hubiera permitodo el triunfo de Fernando.
La FIA ha investigado y ha determinado que no existió tal orden, por lo que la ola periodística del Gran León se vino abajo.
Miren que hasta el legendario Jack Stewart ha tenido que dejar el micrófono de la crónica para dar declaraciones en el sentido de que todo se hizo bien en Mónaco el domingo, y así calmar la chicha voluntad de la tecla especializada.
Lo que sí no se respetó, por parte de Alonso y tampoco de Hamilton, fue la orden de Ron de gastar menos los frenos. Ambos pilotos arremetieron a fondo para hacer el uno-dos en el principado.
La Fórmula Uno está enciendiendo una nueva llama que ya no se titula «Michael Schunacher» sino la pasión al volante de Hamilton contra Alonso.
Las primeras carreras hacían presentir que la verdadera rivalidad en la Fórmula Uno la representarían sólo las batallas entre Ferrari y McLaren pero no. La batalla paralela es de McLaren contra McLaren.
¿Es sana esta pelea? Por supuesto que sí, tanto para los pilotos como los aficionados que son los que finalmente pagan o compran lo que ven en los anuncios y carteles.
Lewis ha roto paradigmas como aquel que señala que ser novato en la F-1 es señal de inexperiencia o carencia de cualidades.
Hamilton resultó bueno desde el principio. Ya lo era en su pasada historia previa a la F-1.
Ahora el gran reto para el joven corredor es enfrentarse a la presión de su propio país que le exige el campeonato para el 2007.
En el mundo de la parafernalia automovilística ser bueno no basta; hay que ser el mejor.
Sobre Ferrari hay que decir que no las tenía todas consigo para vencer en Mónaco, elocuente pista callejera que no permite los rebases y donde la anchura de los bólidos rojos tampoco fue su punto fuerte para este circuito.
Ya vendrán las de Ferrari en pistas más anchas donde las curvas son su mejor aliado.
Claro, Ferrari no éstá acabada. Por supuesto que no. Más bien ahora viene la suya en las próximas competencias.
Lo que sí preocupa, y mucho, es la gran diferencia que se dio en los tiempos de McLaren contra Ferrari en Mónaco.
Y qué decir de Kimi Raikkonen. Simplemente se quedó.
El finlandés no está acostumbrado a tal tamaño de presión. Trabaja mejor si se le deja ser.
Pero la F-1 es un saco lleno de compromisos. Nadie se puede abstraer de cumplir el rito del dinero y las obligaciones publicitarias.
Pero eso Kimi tiene que aprenderlo y más le vale que rápido si no se quiere quedar a la zaga de lo que puede hacer, ya que tiene manos para ello.
Lewis Hamilton trae una trayectoria muy brillante.

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