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No sólo la prensa, también el cabildeo de los gobernadores y secretarios de estado en la Unión Americana ejercen fuerte presión hacia Volkswagen AG de Alemania para que la planta que tiene pensado levantar la firma automovilística se haga en Carolina del Norte y no en México. Es claro que la empresa ya decidió dónde va a instalar una nueva factoría y eso se sabrá en unos días más.
Stefan Jacoby, presidente de Volkswagen en Estados Unidos, dijo hace unos días en el Congreso Automotriz del periódico Noticias Automotrices que no sólo se construirá una planta de ensamble sino habrá otra de motores y una más de transmisiones. Fácil esta será una inversión de $1,500 millones de dólares. ¿Se le irán a México?
Stefan Jacoby, presidente de VW Estados Unidos, jalando la inversión para allá.
Felipe de Jesús Calderón estará en Puebla el viernes 1 de febrero –el 31 de enero no porque cientos de campesinos vienen en sus tractores por las autopistas y carreteras hacia el Distrito Federal y los jueves están bloqueando los accesos y salidas de las autopistas como la que va a Puebla en protesta por el TLC en materia agrícola– para asistir al anuncio de la fabricación del modelo Polo europeo en México que hará Martin Winterkorn, presidente mundial de VW, además de la producción del modelo Beetle 7 millones. Allí debiera anunciarse si Volkswagen construirá en México una segunda planta.
En Estados Unidos se comenta que VW podría regresar con una fábrica luego de una ausencia desde 1988 en Westmoreland, Pennsylvania. La nueva planta se construiría en Carolina del Norte –lo que se justifica porque hacia allá han emigrado las oficinas generales de la corporación– y quedaría lista en tres años para ensamblar el modelo Jetta (en México se conoce como Bora) para venderse en la Unión Americana, el Passat –proyecto que también peleó México para producirlo en Puebla– la Tiguan e incluso los nuevos crossover que saldrán en los próximos años.
Siendo la decisión de VW de ensamblar en Estados Unidos, México se quedaría con la producción en Puebla del Jetta vieja generación el cual se contempla que continúe en el mercado hasta el año 2011, exportándolo a Sudamérica; se terminará la producción del Beetle pero la matriz en Alemania piensa que este «escarabajo» podría ensamblarse ahora en China; continuará el ensamble del Bora en México para el mercado local y América Latina, así como el nuevo Polo para exportación a Estados Unidos.
Igualmente continuará la producción del Golf Variant para el mercado de Estados Unidos.
En una semana se correrá el velo del misterio y se verá si este gobierno fue capaz de mantener la inversión de Volkswagen para México.
Hay quienes hablan ya de que la alemana está pensando, como premio de consolación, levantar en vez de una planta un parque de proveedores en Guanajuato. Es proyecto solamente.
Lo que sí es un hecho es que la planta de Puebla está al tope de su producción con 450,000 unidades anuales que este año alcanzará, si antes no se desquebraja el modelo económico cuya batuta se mueve desde los Estados Unidos y que disminuiría las expectativas de las armadoras en términos de exportación.
