No todo es crecimiento en Toyota México

Toyota Motor Sales de México registró en abril pasado la venta de 5,689 unidades que, contra las 4,549 de abril del 2007, representan un avance de 1,840 vehículos más. En el periodo enero-abril el crecimiento fue de 15% con 21,702 unidades. Pero no todo es crecimiento en las actividades que la armadora tiene en nuestro país. Recientemente fue expulsada de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz por no cumplir con los lineamientos del decreto automotriz sobre importación de unidades libres de arancel y donde la propia asociación acusa la falta de oficio del gobierno federal en la materia.

Recién se presenta la versión Corolla CE de $193,200 pesos.

¿Cómo ha sido el vertiginoso avance de la japonesa automotriz más importante a nivel mundial en México? Hay quienes afirman que con el apoyo del gobierno federal a través de la Secretaría de Economía la firma que tiene seis años en México ha logrado desplazar un número mayor de unidades al que tiene derecho de acuerdo con el decreto automotriz en la materia que le liberan de pagar el impuesto correspondiente por la importación de modelos provenientes de Japón, aún gozando de los privilegios del acuerdo comercial entre los dos países.

Según cifras de la AMIA (¿no se supone que si Toyota ya no pertenece a la asociación ya no tendrían por qué dar las cifras de venta de esta firma?) en la colocación de sedanes de lujo en el mercado, el Toyota Camry está en el tercer lugar de ese segmento superado por Honda Accord y Nissan Altima. El Camry registró ventas en abril de 393 unidades a nivel nacional y en el acumulado enero-abril fueron 1,511 unidades que, comparadas con las 2,390 del mismo periodo del año pasado, representan una caída de 36.8%.

Precio alto y diseño superado por los otros dos japoneses, son los factores que determinan un estancamieneto del modelo Camry en el mercado nacional, aunado a la incapacidad de Toyota Motor Sales de Estados Unidos para surtirle a los distribuidores mexicanos el suficiente número de unidades.

Cuando César Flores dejó la presidencia de la AMIA a principios de año, se especulaba que su salida tendría que ver directamente con el rechazo a Toyota dentro de los agremiados de la AMIA. Pero esta tésis no está comprobada del todo. A Flores más bien se le vincula con su inacapacidad de previsión en el asunto de los autos importados usados de Estados Unidos, donde, en el periodo de negociación del TLC, 1992-1994 el ejecutivo tuvo directa injerencia en la aceptación de las cláusulas del convenio. Esa aprobación de este punto del TLC, curiosamente rechazada por Canadá, es la que tiene ahora a la industria padeciendo la entrada de 2.5 millones de unidades usadas del vecino país y que afectan directamente las ventas de la industria automotriz que en marzo tuvo una caída del 17.1%.

Toyota acusa un trato desigual en el seno de la AMIA para la marca, mientras los socios fundadores, incluidas las tres empresas norteamericanas General Motors, Chrysler y Ford, además de la alemana Volkswagen y la japonesa Nissan, tienen privilegios por los años que llevan en el país y en la agrupación. Ese ha sido uno de los argumentos de la salida de Toyota. O sea, «no nos sacaron; nos salimos».

Recientemente renunció (o lo renunciaron) a la dirección general de industrias pesadas de la Secretaría de Economía, Humberto Jasso, luego de 19 años de actividad. También se dice que este funcionario privilegió el rol de Toyota en nuestro país y fue llamado a cuentas por ello. Mera especulación, pero pudiera haber algo de verdad. En México aún no se da la transparencia en los movimientos de personal, los por qués y los cómo, que son interrogantes sin resolver.

De ser una de las camionetas SUV más demandadas en el mercado nacional, curiosamente la RAV4 de Toyota ya no aparece en el ranking de las cuatro más vendidas. En primer lugar está la CR-V de Honda y le siguen la Dodge Patriot, Ford Escape y Nissan X-Trail.

¿Por qué se cayó la distribución de RAV4 si ocupaba el primer lugar de su segmento? ¿Falta de producto al ya no haber cuota de importación excenta de arancel? ¿Revés del gobierno federal a lo que venía haciendo Toyota en materia de cuotas de importación? ¿O simple falta de producto? Raro este aspecto si consideramos que la recesión en las ventas en EU les permite tener producto para exportar a los mercados que lo demanden.

Esta semana se ha comenzado a vender la versión Corolla, producto de gran éxito para la corporación a nivel mundial. Es la décima generación y corresponde al modelo CE con un motor de 1.8 litros, cuatro cilindros, 128 HP y torque de 122 libras pie. La versión con transmisión manual tiene un precio de $183,000 mientras la automática cuesta $193,200.

Finalmente la camioneta Sienna, que pertenece al segmento de voluminosas y gastalonas familiares de gran tamaño, tiene el tercer lugar del segmento con 553 unidades vendidas en abril. En el acumulado de los primeros cuatro meses representan 1,599 unidades contra 2,072 de enero a abril de 2007, una baja del 22.8%. Este es un segmento todavía dominado por Chrysler Voyager y la Honda Oddysey, aunque la Sienna supera a la Nissan Quest.

Por tanto, no todo es crecimiento en Toyota. Hay retos que resolver sobre la posición del gobierno respecto a la asignación de cuotas de importación para la firma, el rol de la AMIA en esa decisión y otros factores de competencia guerrera entre las marcas tradicionales y las emergentes como esta para el mercado nacional.

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